La pólvora sigue siendo protagonista en la noche de velitas en Barranquilla, pese a la lucha que libran las autoridades para frenar su comercialización y uso.
Las campañas de concientización no logran llegar a todos los barranquilleros y eso se evidencia en que durante la noche de velitas de este 2015 hubo más pólvora que en ocasiones anteriores. Y en contraste con el año anterior, el reporte inicial de las autoridades de salud cifra en dos las personas quemadas, entre ellas un niño de 4 años.
A través de las redes sociales usuarios manifestaron el uso indicriminado de la pólvora tanto en niños como adultos.
'Esta noche se ha quemado mucha pólvora en Barranquilla. Qué pasó con el control que ejercen las autoridades sobre la venta de este producto?', escribió en Twitter el periodista Bernardo Sanabria.
La representante a la Cámara Martha Villalba sostuvo, a través de su cuenta de Twitter: 'Necesitamos más conciencia para evitar estos casos', refiriéndose a las dos personas quemadas con pólvora en Barranquilla.
William Zambrano, también, tuiteó sobre el tema: 'En Barranquilla están celebrando la 'Fiesta sin pólvora' con mucha pólvora en las calles principales durante horas. Ya no es Noche de Velitas'
Por su parte, @ANIABELLO_R escribió: 'Oigan la pólvora es legal en Barranquilla? Me siento en un año nuevo chino'.
¿Pese a controles, qué pasó?
La Policía anunció que durante la Noche de Velitas decomisó 2.096 gramos explosivos en diferentes controles policiales. Esta cifra se une a la más reciente incautación de pólvora, anunciada apenas ayer por el comandante de la Mebar, brigadier general Ramiro Castrillón Lara, avaluada en $3 millones.
En lo que respecta al Atlántico, en la vía que de conduce de Polonuevo a Santo Tomas, la Policía decomisó cinco kilos de pólvora, en la que se incluían elementos como cohetes cabezones, cohetes sencillos, volcanes pequeños y los llamados 'tiritos'.
En Soledad, el alcalde Franco Castellanos hizo esta semana un llamado a la Policía para que intensificara los operativos en los sectores donde tradicionalmente expenden pólvora y juegos pirotécnicos. El foco de la campaña era evitar que las cifras de niños quemados aumente. Esa municipalidad registra, según Castellanos, solo un niño quemado desde 2012.