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Cargados con flores frescas, comida, sillas para la espera, rosarios y parasoles, miles de residentes de la ciudad se volcaron ayer en romería a los diferentes camposantos para acompañar a aquellos que ya partieron de este plano material.

Algunos vestidos de fiesta y otros aún portando luto cerrado, de pies a cabeza, entre oraciones, misas cantadas o simplemente haciéndole ‘compañía’ al difunto, familias enteras acomodadas entre las tumbas conmemoraron ayer el Día de los Muertos, cada una a su manera.

En contraste con la tranquilidad que se vive al interior de estas necrópolis del silencio, ayer vendedores de todo tipo de alimentos y chucherías, de flores artificiales y naturales, se paseaban con el fondo de la música pagana que tronaba a todo timbal desde el otro lado de la acera. Paradójicamente el Día de los Muertos trae vida al ‘barrio de los callados’, algo similar a lo que sucede el Día de la Madre.

Pero nunca/ pero nunca en la vida/ esperé aquel adiós/ que me duele en el alma...

El sonido de la canción que interpretó el Cacique de la Junta, Diomedes Díaz, salía de un teléfono inteligente acomodado en una esquina de la lápida de Carlos Morán, quien sufrió un accidente casero que la causó la muerte a los 26 años. Ayer su familia, sus padres, hermano, esposa y su hijo de 4 años, entre rezos y canciones, le pintaron con los colores de la tricolor su última morada en el cementerio Los Olivos, a un la do de la Vía al Mar.

Sorbiendo con cautela de los vasos desechables en los que degustaban el sancocho que les hubiera gustado compartir con ese ser especial que los dejó el 24 de enero de 2013, almorzaron y pasaron el día juntos, como custodiando y engalanando la tumba de quien dicen mantener vivo en sus corazones.

'Pintamos la tumba porque él siempre fue fanático de la Selección, le cambiamos la foto y pusimos esta en donde se ve muy bien; rezamos, le pusimos su música favorita y le cambiamos las flores y estamos pasando el día con él. Lo más importante es que en donde esté sepa que siempre va a estar en nuestros corazones, para nosotros él no está muerto', aseguró Janeth de la Hoz, la madre de Morán.

Entre los improvisados ‘sancochos de tienda’ -como es llamada en la Costa la combinación del pan con gaseosa-, muchas familias que no tuvieron tiempo de llevar la comida preparada visitaron a sus muertos.

En el CALANCALA

Nedys Polo es una joven de 18 años que perdió a su bebé el 20 de septiembre de este año. Ella ayer acomodó en su tumba, en el cementerio Calancala, un pequeño cartel hecho a mano con el que le recordaba a esa criatura que la acompañó escasos 6 meses en este mundo, que aún no lo ha podido olvidar.

La tumba del pequeño Samuel David está adornada con biberones, juguetes y flores de colores. 'La idea es no olvidarlo y que él no me olvide. Solo pasé 6 meses con él pero está en mi corazón. Mi bebé me hace falta por eso hoy vine a acompañarlo y por ahora pienso seguir viniendo cada vez que pueda. Hoy (ayer) Día de los Muertos no quería que pasara solo', sostuvo.

En el Universal

Y mientras unos rezaban el rosario y otros oficiaban misas cantadas en el cementerio Universal, los nietos, bisnietos; yernos e hijos de Vitalia Castro, una mujer de la tercera edad que murió en marzo de este año, se reunieron para honrar su memoria en esta fecha especial.

Mientras una rezandera contratada le cantaba una misa, algunos de sus hijos no podían contener las lágrimas. 'Es la primera vez que nos toca venir un día así, y la verdad es que uno nunca se termina de preparar para la partida de un ser amado. Hoy la acompañamos con una misa, con rezos y también le cantamos porque ella fue una mujer alegre, bailadora, que unía a toda la familia. Aquí estamos casi todos incluso algunos se vinieron de La Guajira', contó Carmen Orozco, hija de Vitalia.

Mientras la tarde iba entrando el clima canicular y denso se refrescaba. Las familias, entre tanto, continuaban llegando con flores frescas, canciones y rezos, con los que honraron ayer a sus ausentes.

La celebración

En México se realiza una fiesta en la que se ofrendan regalos, comidas y rituales a los difuntos y el Festival de Calaveras. En Argentina se celebra el Día de las Almas. Los bolivianos rinden tributo a sus difuntos con abundante bebida y comida. Esta celebración es un festejo que realizaban los indígenas de la época prehispánica, la iglesia católica la continuó pero dándole un sentido cristiano. El 2 de noviembre fue declarado por la The Encyclopedia Britannica, en su edición de 1910 como el día oficial de los Fieles Difuntos, la iglesia católica durante las eucaristías que se ofrecen durante este día se recita el Oficio de Difuntos y se celebran misas réquiem.