Volquetas repletas de escombros siguen entrando y saliendo por la vía al antiguo relleno sanitario El Henequén, ubicado a las afueras de Barranquilla, a pocos metros de la Circunvalar a la altura de la carrera 51B. Esta situación había sido denunciada por EL HERALDO el pasado 27 de abril.
Sin embargo, esta práctica continuó presentándose al punto de que estos vertimientos taponaron las corrientes naturales de las aguas lluvias de algunos arroyos cercanos, lo que ha generado una gran laguna de agua estancada en medio de la vía que conduce de la vereda El Henequén a la vereda Las Nubes.
Henequén, sin educación
En medio del polvorín que levantan las enormes volquetas viven 12 familias en El Henequén, comunidad que se encuentra detrás de la estación norte del distrito 1 de la Policía Nacional.
María del Carmen Castro, habitante de este sector, cuenta que la laguna se formó hace un mes con 'el par de aguaceros que cayeron'.
El ama de casa afirma que desde hace tiempo algunos celadores de predios cercanos han permitido que vengan a tirar escombros a este lugar. 'Ese pedrero ha tapado el arroyo y la laguna que se armó en la mitad de la vía no deja que los niños pasen para ir al colegio que queda en Las Nubes'.
Juan David Iriarte, quien cursa sexto grado de bachillerato en la Institución Básica C 201 de Las Nubes, cuenta que tiene que recorrer varios kilómetros de una trocha cercana para llegar al colegio. 'Es un camino muy largo y peligroso por eso ya no queremos ir más al colegio', expresó el joven de 16 años.
Las Nubes, contaminada
La comunidad de la vereda Las Nubes se encuentra afectada también por otro foco de contaminación ambiental. Alrededor de 30 familias que conforman esta vereda manifiestan que 'un constante humo proveniente de la vereda El Henequén' les causan molestias frecuentes.
María Cabarcas cuenta que lleva viviendo 30 años en Las Nubes, en donde nunca ha tenido servicios públicos. Sin embargo, la mujer de 78 años afirma que 'ahora mismo lo importante no es la luz o el gas que no tenemos. Lo que nos está afectando realmente es la quemazón diaria de llantas y palos que tiene la gente de El Henequén'.
Margarita Silvera, otra habitante de Las Nubes, comenta que 'el fuerte humo que la vereda soporta todos los días está afectando la salud de todos'.
La situación visible
Los habitantes de El Henequén fueron durante años trabajadores del basurero que llevaba el mismo nombre, pero al desaparecer este, la población se quedó viviendo allí y subsisten del reciclaje. Así lo afirma Carlos Molinares Peñate, vecino de esta comunidad. 'A veces traen basura y nosotros reciclamos el plástico, el cartón o la madera que llegue; también hacemos carbón. De eso es lo que vivimos'.
Entretanto, los habitantes de El Henequén afirman estar 'cansados del vertimiento de tanto escombro en sitios inapropiados'.
'Por tanta piedra el terreno se está hundiendo por pedazos. Un día de estos el agua nos va llevar el ranchito', dice el reciclador.
Reacciones
Este medio consultó al director de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico –CRA–, Alberto Escolar, quien informó que esta entidad había realizado el 27 de abril una visita de inspección ambiental al carreteable que conduce de la vía Circunvalar hasta el relleno sanitario El Henequén, el cual se encuentra en proceso de clausura y post-clausura.
'Evidentemente constatamos que se están depositando residuos de construcción y demolición-escombros–, en los lotes ubicados a los lados de la citada vía. Invitamos al Damab y a la Policía Ambiental a que continúen imponiendo los respectivos comparendos ambientales a aquellas personas naturales y jurídicas que gestionen y dispongan inadecuadamente los residuos de construcción y demolición', dijo Escolar.
Por su parte, Fidel Morales, funcionario del Damab, aseguró que esta entidad 'presentará esta semana los pertinentes procesos sancionatorios cuando se tengan los datos concisos de quiénes son los propietarios de estos terrenos'.
A través de un comunicado, la empresa Triple A, como prestadora del servicio de aseo en la ciudad, dijo que es lamentable que se registren estas acciones por parte de particulares que no entienden la magnitud del daño que le ocasionan al medio ambiente, a la ciudad, a los vecinos y a ellos mismos. 'Estas aguas estancadas pueden originar la proliferación de vectores y enfermedades y, además, atentan contra la operatividad de los negocios y viviendas aledañas al no permitir el acceso a estos'.