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Habitantes de diferentes barrios del norte de la ciudad se unieron ayer a una nueva jornada de la ‘Ciclovía de Barranquilla, Vía Libre a la Vida’, iniciativa organizada por la Secretaría de Movilidad del Distrito, para compartir en familia una mañana agradable.

Cerca de 300 personas, entre niños y adultos, llegaron al bulevar de la carrera 58 entre calles 64 y 70 con sus bicicletas, patines y triciclos con la intención de disfrutar el soleado domingo. Otros prefirieron utilizar el tramo escogido en el barrio El Prado para trotar y ejercitarse según sus gustos.

Desde las 7 de la mañana empezaron a llegar los primeros entusiastas a la zona. Algunos participantes aseguraron que han asistido a cada una de las ciclovías realizadas en el mismo punto de la localidad Norte-Centro Histórico. Para otros, la de este domingo representó un ‘bautizo’ en esta clase de actividades.

Nueva experiencia. Es el caso de Ivonne Sarmiento, una mujer de 60 años y chef de profesión, quien expresó que asistió por primera vez a este espacio recreativo para vivirlo en compañía de su familia y ver cuánto se interesan los barranquilleros en sumarse a estos eventos.

Aseguró que se siente 'llena de vida' y lidera un grupo de personas mayores de 50 años que, de lunes a viernes a las 5 de la mañana, se concentran en un parque para ejercitar su cuerpo. 'Me dedico a eso desde hace 31 años y puedo decir que es una experiencia increíble. Hacemos aeróbicos y, si es de trotar, vamos para adelante', agregó.

Por su estilo de vida, Ivonne indicó que se siente 'mejor que muchas personas de 20 años. Es muy bueno levantarse temprano y hacer algo por la salud, eso le da a uno vida, energía y hace que uno se sienta joven y a gusto con uno mismo'.

Hasta hace un par de años fue propietaria de un restaurante, el cual decidió vender porque consideró que 'ahora es momento para vivir. Me gusta ir a la playa, caminar descalza y liberar mis energías, quería tiempo para eso', afirmó.

Plan familiar. Junto con ella, asistieron a la jornada recreativa su hija, su yerno y algunos amigos. También su nieta Melanie Dávila, una pequeña de 7 años que se disfrutó la mañana de ayer por partida doble. Primero, a bordo de una bicicleta y después se decidió a calzarse sus patines.

Michelle Pardey, su progenitora, no la perdió de vista por un instante y le entregó instrucciones sobre cómo desplazarse por la vía y a respetar el espacio de los demás participantes. Previamente, siguiendo su instinto maternal, le puso coderas y rodilleras para protegerla ante cualquier situación de riesgo.