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Rodeado de allegados, Mario Rodríguez recordó que en su juventud estuvo a punto de morir en un accidente. Una suerte que no tuvo su hijo Mario Rodríguez Jaraba, que falleció el sábado después de chocar contra una furgoneta mientras practicaba longboard en su patineta.

'Era joven y me gustaba mucho manejar motocicleta; me iba desde Bogotá hasta Pereira, pero sufrí un accidente y decidí dejar eso', recordó ayer en las afueras de Medicina Legal, mientras esperaba por la entrega del cuerpo del cuarto de sus seis descendientes: cuatro mujeres y dos hombres.

El percance en el que perdió la vida Rodríguez Jaraba ocurrió a las 7:30 de la mañana en la vía que conecta a los municipios de Tubará y Juan de Acosta, en la zona costera del Atlántico.

El afligido padre, a quien en más de una ocasión se le entrecortó la voz, contó que muchas veces intentó convencer a Mario de alejarse de los deportes extremos, pero consiguió lo contrario: entre más advertencias, más se interesaba. 'Siempre le hablaba, pero los jóvenes no le hacen caso a uno'.

A sus 25 años, Mario Rodríguez Jaraba también era fanático del bicicross y del surf. Antes había practicado fútbol, pero su pasión la encontró con la adrenalina.

'Como hermanos'

Ernesto Cassab dijo por teléfono que conoció a Rodríguez a los 14 años. 'Nos gustaban las bicicletas, de allí nació una sincera amistad'. Las coincidencias trascendieron el campo de los hobbies.

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Rodríguez en plena práctica de ‘longboard’ en la vía a Taganga, en Santa Marta.

Además de las bicicletas, tenían un innegable parecido físico. 'Éramos como hermanos: unidos e idénticos; nos gustaba casi lo mismo', comentó Cassab.

Eran también los tiempos de los primeros amores: se ponían de acuerdo para turnarse las novias sin remordimientos 'y siempre colocamos la amistad por encima de cualquier obstáculo' que generaran los triángulos amorosos que protagonizaron.

La última vez que vio con vida a Mario fue el pasado sábado 7 de marzo. 'Él estaba en un parque, tomando las fotos de un cumpleaños, yo me le acerqué por detrás y lo abracé; teníamos dos meses sin vernos', recordó Cassab.

Pero imagen del último encuentro no es la que conserva de Mario. 'Era una persona activa, alegre, que tenía muchísimas ganas de vivir'.

Herencia

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Mario Rodríguez Jaraba, deportista fallecido. 

Además del dolor por la muerte de su hijo, a Mario Rodríguez le preocupa que a su hijo menor José David, de 17 años, también le apasionen los deportes extremos. 'Ojalá aprenda de lo que le ocurrió a su hermano'.

Su zozobra no termina con José David, pues nieto Vico Lorenzo, de 3 años –hijo de Mario–, maneja con destreza la patineta. 'Menos mal que está pequeño y estamos a tiempo de quitarle esa costumbre'.

Rodríguez Jaraba, estudiante de 9° semestre de Cine en la Universidad del Magdalena, practicaba junto con otros dos integrantes del colectivo Caribe Longboard para un torneo que afrontarían ayer. El longboard – descenso a altas velocidades en patineta– era su estilo de vida. 'Era su pasión, decía que en la patineta se olvidaba de los problemas', aseguró vía telefónica su compañero de trabajo, Santiago Castro.