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Sesenta y cuatro kilómetros de la vía Barranquilla-Ciénaga son el cuello de botella que impide la libre circulación de los 500.000 vehículos cada mes, el 85 por ciento de los cuales está representado en la carga que mueven los puertos así como el sector industrial y comercial de esta zona de la región Caribe. (Clic aquí para ver infografía).

Para José Miguel Berdugo, presidente ejecutivo de la Asociación de Empresarios del Magdalena, es inadmisible que en los actuales momentos, cuando la Costa está llamada a convertirse en el epicentro de los Tratados de Libre Comercio, aún se palpe este ‘embudo’ que genera trancones interminables y permanentes.

La mayor dificultad es el trámite de la licencia ambiental para ampliar a doble calzada el tramo Barranquilla -Ciénaga, que está en manos de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, y que, según lo previsto, será tema de discusión la presente semana en la Presidencia de la República. (Ver infografía Transición de una a doble calzada).

Otro cuello de botella, del tamaño de 73 kilómetros, lo sufren los 266.000 vehículos que en promedio transitan mensualmente en el tramo Barranquilla-Cartagena.

De los 109 kilómetros de longitud, apenas 20 están siendo construidos en doble calzada. A lo que se suman los 12 kilómetros ampliados hace más de 20 años por el Ministerio de Transporte entre Puerto Colombia y Barranquilla.

Para Beatriz Vélez, presidenta del Comité Intergremial del Atlántico, la mayor preocupación está en el tramo Ciénaga-Barranquilla teniendo en cuenta que es un corredor de carga. En el caso de la Vía al Mar, el flujo principal es de vehículos livianos. Allí, a la altura del paso por la Ciénaga de la Virgen contemplan construir un viaducto.

Reconoce que si bien el Gobierno tiene plenamente identificado que es necesaria la doble calzada, hay un 'cuello de botella' con el tema ambiental en el área de influencia del parque Isla Salamanca.

'Si las razones ambientales imponen soluciones más costosas, esperamos que se busquen los recursos para dar solución rápida y efectiva para el corredor Ciénaga-Barranquilla, que es crítico', expresó.

En total son 64 kilómetros que deben ser ampliados a doble calzada que incluye la variante de Ciénaga, donde actualmente se genera el trancón, ya que atraviesa el sector comercial del municipio.

Luis Romero, gerente de proyectos de la Gobernación del Magdalena, explicó que vienen trabajando con la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI, y el estructurador del proyecto, para darle la puntillada final a este proyecto.

'Estamos por definir los tramos, puesto que la inversión es de $400.000 millones, que serán adicionados, porque hace parte del contrato 229 de la concesión Ruta del Sol II', indicó.

En el tramo de una sola calzada justo antes de empalmar con la Y de Ciénaga se congestiona el tráfico vehicular.

Esta semana debió cumplirse una reunión en la Presidencia de la República para tratar lo relacionado con la licencia ambiental de la obra, pero fue aplazada para la próxima semana. Para el tramo que comprende el parque natural Isla Salamanca, los entes ambientales requieren un tiempo mayor de estudio, y 'lo que queremos es solucionar el tráfico vehicular que se viene dando de la Y de Ciénaga a Tasajera'.

José Miguel Berdugo, presidente ejecutivo de la asociación de empresarios del Magdalena, dijo que este es un corredor importante, no es una vía que va a desembotellar el segmento de Ciénaga-Barranquilla, sino que trasciende si se enmarca en el desarrollo de la Ruta de las Américas, que es unir a Panamá con Venezuela, pasando por el Caribe colombiano.

El dirigente empresarial considera que si la Ruta del Sol, que es la vía que pretende unir a Bogotá con el Caribe colombiano, llega a Ciénaga y se topa con el 'embudo' hacia Barranquilla o Cartagena, es una inversión que se pierde por ese ‘cuello de botella’.

En su opinión, esta es una vía que hay que verla más allá del simple hecho de comunicación entre Barranquilla y Ciénaga, 'es trascendental para la competitividad del Caribe colombiano y para la competitividad nacional'.

El Gobierno –dice- debe entender que esa vía no puede ser un obstáculo del desarrollo de las ciudades del Caribe y del país. Lo que tenemos que hacer es tomar las precauciones para que no haya la tragedia que hubo hace unos años cuando se destruyó el parque y murieron todos los manglares, causando un gran daño ecológico.

La doble calzada Ciénaga- Santa Marta tiene un avance del 90%. En este momento, Ruta del Sol II construye las intersecciones Mamatoco y Once de Noviembre, obras que comenzaron el 25 de julio del año pasado y tienen una duración de 18 meses.

Según el gerente de proyectos de la Gobernación del Magdalena, la doble calzada debe culminar en el 2015. 'Hemos tenido inconvenientes con la gestión predial y no han salido las expropiaciones, estamos esperando que avancen'.

Jaime Silva, coordinador general del consorcio Vía al Mar, explicó que la entidad tiene a su cargo la construcción de tres sectores de la vía Cartagena-Barranquilla. El primero es el anillo vial de Crespo, que se encuentran en construcción de 2,5 kilómetros en doble calzada, incluido un túnel de un kilómetro con accesos.

En el anillo vial de Crespo se adelantan las excavaciones para construir el túnel de un kilómetro de longitud.

El segundo es la doble calzada Cartagena-Marahuaco, del kilómetro 7+500 metros al kilómetro 16 en una longitud de 9,48 kilómetros, que ya están terminados.

Y el tercer sector es la construcción de 10 kilómetros a doble calzada entre el kilómetro 88+60 metros, entrada Puerto Velero y el kilómetro 98+60 metros, Puerto Colombia.

Luis Narváez, presidente de la Sociedad de Ingenieros del Atlántico, sostiene que hay una serie de situaciones de muy poco análisis de ingeniería que afectan en grado sumo, no solo la movilidad desde el punto de vista cuantitativo sino de la seguridad de las vías.

'Lo ideal es que podamos tener Barranquilla-Cartagena por la Vía al Mar, o por la Cordialidad, en doble calzada para satisfacer esas dos exigencias macro', indicó.

Pero –agregó– el Gobierno está utilizando un argumento en cuanto al TPB (Toneladas de Porte Bruto) y cuando no cumplen un tope mínimo las vías no requieren doble calzada a lo largo de su desarrollo, sino a las entradas y salidas de la ciudad.

Narváez considera que esa es una concepción equivocada que demanda un debate nacional. 'No se justifica ese tipo de intervención, porque ni es completa ni es satisfactoria desde el punto de vista de la seguridad de los usuarios'.

Mónica Fadul, presidente de Fenalco Bolívar, considera que el Gobierno nacional ha hecho unos esfuerzos en este cuatrienio por generar las condiciones para que el país cuente con la infraestructura vial de dobles calzadas que se requieren para avanzar en competitividad y superar el rezago.

Cree que en ese estado de cosas y luego de avance en las entradas a Cartagena y Barranquilla, y teniendo las posibilidades de desarrollo de esta vía, vale la pena buscar las alternativas que permitan alcanzar esa aspiración regional.

Retrasos en obras

El Plan Vial del Norte en Santa Marta debía estar culminado el 14 de abril del año pasado por la concesión Ruta del Sol II, pero ha habido retrasos debido a la dificultad de adquirir muchos predios que se encuentran en el trazado de la doble calzada en diferentes sectores de la ciudad.

Hay muchos tramos que se encuentran paralizados e incompletos, por no tener una respuesta de negociación ni de los propietarios de los inmuebles y tampoco de los casos de expropiaciones que hay en los despachos judiciales.