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Una orden de captura que no existió, enviado por la jefa de la Unidad de Reacción Inmediata que confundió el documento con un formato de sentencia condenatoria de 2011 contra el alcalde de Galapa, José Vargas Palacio, mandó por tres horas a esa dependencia al mandatario de ese municipio.

El confuso hecho, que causó revuelo, empezó a las 9 a.m. cuando funcionarios del CTI de la Fiscalía, se presentaron al despacho de Vargas para notificarle de su arresto.

De manera sigilosa y muy tranquilo, el mandatario subió a su vehículo en compañía de los agentes del CTI, no sin antes informarle a su escolta que se quedara en la oficina de la Alcaldía para evitar reacciones airadas entre sus funcionarios y demás ciudadanos que a esa hora permanecían en la plaza principal.

Camino a la URI en Barranquilla, agentes de la Policía Nacional interceptaron a la altura de la Circunvalar el Renault Symbol plateado, de placas GPK-949, en el que se movilizaba Vargas junto a los agentes del CTI.

La historia, que parece sacada de una película del actor cómico Mario Moreno ‘Cantinflas’, tomó un rumbo sorpresivo cuando el burgomaestre les explicó a los policías que tenía en sus manos la ‘orden de captura’.

Lo que no sabían el alcalde de Galapa y los agentes de la Fiscalía era que el documento en realidad era una copia de la sentencia condenatoria contra Vargas firmada el 19 de octubre del 2011 por el Juzgado Séptimo Penal del Circuito de Barranquilla.

La condena contra José Vargas Palacio, que sigue en trámite en la Sala de Ejecución de Penas, fue impuesta por falsedad ideológica en documento público y prevaricato por acción, por lo que tendrá que pagar 48 meses de prisión.

La sanción le fue impuesta porque durante su primer mandato, Vargas certificó la factibilidad de dotar con servicios sanitarios domiciliarios a la urbanización Mundo Feliz, en la que posteriormente se presentó una aguda crisis sanitaria precisamente por no contar con el sistema de alcantarillado prometido.

El arresto

Uno de los primeros sorprendidos ante la noticia de la captura de Vargas fue el gobernador José Antonio Segebre, quien al mediodía reveló a los periodistas que no estaba notificado del operativo de la Fiscalía.

De manera simultánea, en la URI de la Fiscalía y luego de revisado el trámite cumplido por los agentes del CTI, Alfredo Peña, abogado del alcalde, se enteró que no existía tal orden de captura contra su cliente, porque el proceso aún se encuentra en reparto en la Sala de Ejecución de Penas.

Por eso, una vez llegó a la URI el jefe de investigaciones del organismo, revisó por primera vez los documentos y corroboró que no era una orden de captura sino fotocopias de los formatos conocidos desde el 2011.

Hacia las 12:30 del mediodía, Vargas Palacio recobró la libertad, y dos horas más tarde, fue recibido con tambores y millo en la plaza del municipio.

Decenas de personas se fueron congregando, mientras Luz María Pava, una líder comunal, invitaba a sus coterráneos, con megáfono en mano, a que se reunieran para celebrar la libertad del alcalde y recibirlo con abrazos.

Nadie leyó el documento

Detrás de esta captura ilegal de Vargas Palacio hay una historia que inició el jueves 30 de enero cuando un sobre de manila sin remitente fue ‘deslizado’ bajo la puerta de la jefa de la URI, Denis Diazgranados.

Según fuentes de la Fiscalía, el malentendido se originó en la oficina de la funcionaria, quien a su vez le informó al jefe de investigaciones que ella tenía en sus manos la orden de captura contra el alcalde Vargas en horas de la mañana del día jueves.

Sin que ningún funcionario revisara el documento, miembros del CTI procedieron al operativo cumplido en el despacho del mandatario.

'Es muy extraño que ella (Denis Diazgranados) no diga quién le entregó eso', comentó la fuente. 'El error fue en cadena porque nadie procedió a revisar lo que había escrito en el papel', añadió.

Por lo pronto, el abogado del alcalde anunció que este lunes radicará ante la Fiscalía la denuncia penal correspondiente para que se investigue quiénes son los autores materiales e intelectuales que estuvieron detrás de esta captura.