Un adagio popular dice que 'A la corta o a la larga cae el burro con la carga', y eso fue lo que le sucedió ayer a Víctor Orozco con sus 10 burros y tres caballos, cuando se los decomisaron mientras transitaba por La Cordialidad con carrera 21.
Aunque los animales no llevaban ninguna carga, sí constituían la herramienta con la que él esperaba conseguir dinero durante este diciembre. 'Eso era para la Navidad de mis hijos', afirma Orozco quien tiene seis hijos y dice dedicarse a la compra y venta de estas especies desde hace 18 años.
Él alega que ha invertido más de $3 millones de pesos en estos semovientes que se destinarían, según su versión, a trabajos en fincas como arrear leche y leña. Pero Candelario Jaraba, asesor de la Secretaría de Gobierno Distrital, afirma que 'Si entran aquí a Barranquilla, nosotros suponemos que será para ser vendidos y puestos en circulación'.
Este hecho toma especial importancia en medio de la puesta en marcha del Plan de Sustitución de Vehículos de Tracción Animal. 'Mientras el Distrito esté adelantando estas operaciones de retiro, entonces ¿cómo vamos a estar permitiendo que entren camiones con estos animales a bordo?', comentó el Superintendete de la Policía Hollman Olivares, encargado de la operación de decomiso.
Ante estas palabras, la preocupación era inocultable en el rostro de Víctor Orozco, quien no hacía más que caminar desesperado de un lugar a otro y contestar que lo suyo era algo legal. 'Yo sé que estos animales los están recogiendo, pero yo los llevaba para mi casa en el barrio Rebolo, porque desde allí yo trabajo mi negocio, mientras les doy comida en el patio'.
Salud de los animales. De los 13 que estaban a bordo del camión, dos se veían especialmente agotados. Uno de ellos estaba totalmente tendido en el suelo, mientras que otro aprovechaba el espacio entre las patas de sus acompañantes para doblar las suyas y descansar. 'Ellos no están enfermos, esos animales se cayeron y, por el maltrato, quién sabe si se irán a morir', afirmaba Orozco al ser cuestionado sobre el estado en el que se hallaban los animales.
En consecuencia, el Superintendente de la Policía, Hollman Olivares, anotó que no veía en buenas condiciones a las especies y que ni siquiera tenían pasto, agua y aserrín dentro del camión.
Por otra parte, Orozco no fue claro sobre el tiempo que llevaba desplazándose con estos animales en carretera. Solo comentó desesperado que completaban dos días de trayecto y que por eso necesitaba sacar a los burros y a los caballos del camión para evitarles calambres.
Sin embargo, en los documentos que le presentó a la Policía Nacional hay registros que apuntan que la odisea inició el domingo 25 de noviembre en San Cristóbal, un municipio ubicado en el departamento de Bolívar.
Sobre poco aserrín y heces fecales, este burro se resguarda del sol y busca algo de descanso.
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Rastros del viaje. Entre los documentos, uno correspondía a un abono de venta firmado el 25 de noviembre en San Cristóbal por la compra de tres caballos, una yegua y siete burros, el cual tenía un sello de la Inspección Central de Policía de este municipio.
El resto de documentación tenía que ver con un permiso de movilización y unos abonos de ventas realizados en Manatí (Atlántico), estos tenían la misma fecha de expedición que el anterior, el sello de la Secretaría de Hacienda y una firma, cu
ya escritura poco se entiende.
En dicho permiso de movilización decía que con este se le aprobaba transitar con '14 equinos de distintos colores' desde Manatí hasta Barranquilla. Pero el Secretario de Hacienda de este municipio, Manuel Cobo, aseguró que por su despacho no se ha firmado ese permiso de movilización.
Entre tanto, también aclaró que 'Los permisos para que tengan validez deben llevar mi firma, sin la firma mía no es legítimo'.
Por lo pronto, los animales fueron desplazados hacia una pesebrera ubicada en el municpio de Galapa, donde recibirán atención veterinaria.
'Hay que adelantar un debido proceso administrativo para decidir si los animales se decomisan temporalmente o qué', sentenció Candelario Jaraba.