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Dos duros golpes en menos de un año tienen en la más profunda tristeza a doña Gloria Urueta de Urueta. Primero, el padecimiento de Alzheimer por parte de su esposo Carlos Urueta y después la noticia de tener que desalojar el apartamento al que llegaron en el 2006, con muchas ilusiones.

'Llegamos aquí con la ilusión de que esta sería nuestra casa hasta que Dios nos permitiera estar vivos', dijo con nostalgia, al tiempo que señaló que viene recogiendo sus pertenencias de poquito a poquito ante la orden de evacuación de la Administración Distrital, por los daños en la estructura de la torres 3 y 4 de Colina Campestre II.

Doña Gloria señala que cuando los vecinos lanzaron la alerta, ante lo ocurrido en el edificio Space de Medellín y los funcionarios de la oficina de Prevención y Atención de Desastres hicieron la visita y expresaron su preocupación por los daños en las escaleras, lo primero que hizo fue buscar ayuda para el traslado de su esposo, quien se encuentra en cama hospitalaria por el estado de su enfermedad.

Ella dice que da gracias a Dios porque una de sus hijas vive cerca, en Colina I, y de inmediato procedió a desocupar un cuarto para que se trasladen allí de manera provisional.

Sin embargo, asegura que en la segunda semana de noviembre se mudará con su esposo a otro apartamento cercano a Colinas, porque sus hijos no quieren que se vayan lejos.

'La situación es dura y nos toca trasladarnos por seis meses inicialmente, después miramos que hacemos', manifestó mientras empacaba algo de ropa.

Relató que llega por ratos al apartamento, porque en horas de la mañana se la pasa haciendo trámites, reuniendo los requisitos que exige la Alcaldía para el pago del arriendo de $750.00 y arreglando cosas en el apartamento 202 del bloque 3, que aún debe.

Gloria dice que lo que más extrañará será el calor humano de la gente de Colina Campestre II, pues en 47 años de casados han vivido en muchos sitios, pero el amor y la solidaridad de sus vecinos es único.

'A mis vecinas cercanas las siento como si fueran mis hijas y a sus hijos mis nietos. Me da mucha angustia cuando veo a los niños subir y bajar por las escaleras que están tan deterioradas', agregó.

De a poquito, los residentes de las torres 3 y 4 sacan sus pertenencias ante la orden de evacuación.

Carolina Padilla Diettes, otra de las afectadas, dice que la evacuación avanza lenta pues no es fácil conseguir donde vivir porque los arriendos son costosos, al igual que el trasteo. Además, reiteró, primero deben cumplir con los requisitos exigidos por la Administración Distrital, que son un tanto dispendiosos.

Carolina sostuvo que por los arriendos están pidiendo un millón doscientos mil pesos y muchos de los propietarios no cuentan con ese dinero.

'En mi caso particular ya encontré apartamento, pero ahora el problema es que la nevera, la estufa y los muebles no los puedo bajar por las escaleras', dice que esa fue una de las recomendaciones de la Oficina de Prevención y Atención de Desastres.

Ayer pidieron ayuda al Cuerpo de Bomberos pero no fue posible porque no cuentan con herramientas para ese procedimiento.

A pesar que la orden de la Alcaldía es de evacuación inmediata, muchos permanecerán allí hasta que consigan un lugar donde vivir.

Zona de desastre. De otro lado, el abogado Roberto Tapia envió una carta a la alcaldesa de Barranquilla, Elsa Noguera en la que le pide que le solicite al presidente de la República, Juan Manuel Santos la declaratoria de zona de desastre, para el barrio Campo Alegre y las laderas noroccidentales de Barranquilla que comprende los barrios de Cuchilla de Villate, El Bosque, Villa del Rosario, Carlos Meisel, Me Quejo, Loma Roja, Siete de Abril y Bajo Valle.

Señala que hay una diferencia entre el accionar de las autoridades en Medellín con lo que ocurre en Barranquilla.

'En Campo Alegre y en toda la ladera noroccidental se han caído más de 200 casas, sin que estos dolorosos hechos hayan tenido la resonancia de lo sucedido en Medellín, con pronunciamientos del Presidente, el Vicepresidente y los ministros de Vivienda y del Interior', sostuvo el abogado Roberto Tapia.