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'El negro es un color, no un adjetivo', dice la abogada Esther Herrera, coordinadora de Etnias de la Gobernación y líder desde su juventud de las comunidades afrodescendientes en este departamento.

Por estos días, Herrera adelanta —de la mano de la Gobernación— una cruzada lingüística que busca ‘cambiarle el chip‘ a la sociedad para transformar la arraigada costumbre de asociar la palabra ‘negro’ con situaciones o condiciones negativas, desventajosas o infortunadas.

‘Negra suerte’, ‘lo veo todo negro’, ‘trabajo como negro’, ‘qué bonita sería si no fuese negra’, ‘tenía que ser negro’, ‘negra Navidad’, ‘la oveja negra de la familia’, ‘recibo en negro mi sueldo’... Las expresiones abundan.

Herrera es consciente de que es un trabajo de tipo generacional y de que no se puede pretender cambiar las costumbres de toda una población de la noche a la mañana, pero asegura que todo esfuerzo que se haga ahora, por pequeño que sea, para ir cambiando esta situación, redundará en unas mejores condiciones para las futuras generaciones de las comunidades afrodescendientes y raizales.

Es por esto que ayer por la mañana lideró un encuentro académico para 'la aplicación del lenguaje diferencial y la correcta utilización de la palabra negro en los medios de comunicación', con el apoyo de la Gobernación del Atlántico y la Fundación Emiredsh. Durante el encuentro se lanzó oficialmente la campaña 'No a la discriminación por el color de la piel'.

El proyecto tiene como objetivo sensibilizar a los medios de comunicación, docentes y público en general para lograr el empoderamiento de un lenguaje diferencial e incluyente en su quehacer cotidiano por una verdadera inclusión social.

La acciones propuestas contemplan una campaña promocional de divulgación en los medios de comunicación radiales de los municipios focalizados como afrodescendientes, tales como Luruaco, Suan, Juan de Acosta, Manatí , Candelaria, Repelón y Galapa, entre otros.