Las más recientes y torrenciales lluvias caídas sobre el departamento de La Guajira y que dejaron, según reportes oficiales de la Gobernación, a más de 248 mil personas damnificadas, recordaron la problemática de vieja data que afronta una parte de esta población con la represa El Cercado.
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Esta, que hace parte del proyecto río Ranchería, distrito de riego río Ranchería, San Juan del Cesar, que no ha sido terminado y que para muchos es un ‘elefante blanco’, desbordó sus aguas en la temporada invernal y contribuyó, para mal, a las inundaciones que causaron daños cuantiosos en muchos hogares, incluidos unos en la zona urbana de Riohacha, la capital del departamento.
Por varios días el comportamiento de El Cercado mantuvo en alerta a las autoridades y a los pobladores de los barrios cercanos al río Ranchería, algunos de los cuales tuvieron que desalojar sus casas porque temían lo peor con las grandes corrientes de agua que se salieron de su cauce.
La presa de El Cercado, que no tiene quien la cuide, es una bomba de tiempo no solo por las afectaciones que produce en temporada invernal, como la que acabó de pasar, sino porque además sus costosas máquinas podrían perderse dado que el proyecto ha estado a la deriva en el último año. Se las podrían hurtar o se dañan por sí solas al no tener el mantenimiento que necesitan en los tiempos estipulados.
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Un SOS
De esto da fe el guajiro y ex ministro de Minas y Energía Amylkar Acosta Medina, quien recientemente lanzó un SOS sobre el tema indicando: “En febrero 26 de este año llamamos la atención de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) y del presidente Gustavo Petro, al enterarnos de que el contrato con la firma OR Construcciones Ingenierías S.A.S. para administrar, tener el control técnico, la operación y el mantenimiento de la infraestructura de la presa de El Cercado con el fin de garantizar la preservación y mantenimiento de los costosos equipos allí instalados, en condiciones de seguridad, había terminado el 15 de diciembre del año pasado y no se había renovado”.
En entrevista con EL HERALDO, el también miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas y correspondiente de la Academia Colombiana de Historia, indicó que en diciembre del año anterior finalizó el contrato de administración, operación y mantenimiento de la presa y no han continuado con esa función a pesar de que “allí se requiere una vigilancia y gestión permanente porque hay equipos delicados a los que hay que hacerles mantenimientos, hay que hacerles seguimiento, hay que llevar registros y no dejar al garete como se ha dejado la presa”.
Agrega que, independiente de las lluvias torrenciales que se presentaron en los últimos días de noviembre y que llevaron prácticamente a colmar la capacidad del embalse, “allí hay un riesgo latente y es mayor en las circunstancias de fuertes lluvias”.
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La responsabilidad sobre El Cercado es del Gobierno nacional, a través de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR) que no se ha pronunciado sobre este tema a pesar de las críticas y de los llamados que las autoridades locales le han hecho.
Uno de esos requerimientos ha sido del director ejecutivo de Corpoguajira, Samuel Lanao Robles, con quien quisimos ampliar el tema, pero no fue posible porque estaba en sesión del Consejo Directivo.
Recuerda Amylkar Acosta que la presa de El Cercado es un embalse, pero este en lugar de servir para generar energía, en su momento hizo parte del proyecto multipropósito de la represa del río Ranchería que surgió fundamentalmente con miras al riego de 18 mil hectáreas de dos distritos: uno en San Juan del Cesar y otro en Fonseca, pero con el paso de los años y buscando la viabilidad del proyecto se tornó con otros propósitos y uno de ellos era darles agua a ocho de los 15 municipios del departamento y además contempla una planta de generación de 12 megas de energía eléctrica, pero de momento no ha servido ni para lo uno ni para lo otro.
“Hemos sido reiterativos al demandar de los sucesivos gobiernos la ejecución de esta segunda fase, para que este proyecto deje de ser el más escandaloso y costoso ‘elefante blanco’ en el país. Allí están enterrados $637.369 millones”, anota Amylkar Acosta Medina.
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Finalmente advierte que “la presa de El Cercado y el agua allí embalsada (180 millones de metros cúbicos) tienen una dinámica hidráulica propia que requiere un estricto control y vigilancia con el fin de monitorear la corriente del río, cumplir a cabalidad el caudal ecológico exigido por Corpoguajira, así como con el suministro de agua cruda a los acueductos de Fonseca, Barrancas y Distracción”.
Inspección
Con ocasión de las afectaciones recientes, el gobernador de La Guajira, Jairo Aguilar Deluque, encabezó una visita de inspección a la represa en compañía del presidente de la Agencia de Desarrollo Rural (ADR), César Pachón; los alcaldes de San Juan del Cesar, Enrique Camilo Urbina; Distracción, Arnold Brito; y Fonseca, Micher Pérez; así como de líderes de asociaciones locales.
El motivo de esa revisión, dijo el mandatario guajiro, fue buscar soluciones estratégicas para la optimización de la represa Ranchería.
El presidente de la ADR enfatizó en la importancia de priorizar proyectos que garanticen agua potable, distritos de riego y generación de energía hidroeléctrica. Además, anunció en esa visita, el compromiso de instalar una sede de la ADR en La Guajira para fortalecer la articulación con los gobiernos locales y acelerar la ejecución de proyectos claves.
La presa y sus proyecciones
Este medio conoció el más reciente informe operativo de la represa Ranchería que fue emitido a la 1:00 de la tarde del pasado miércoles 27 de noviembre por parte de la Agencia de Desarrollo Rural y En-territorio, en el que indica que el llenado del embalse estaba, para ese momento, en el 100,11 %; el caudal de descarga y de entrada era de 22,98 cada uno y el rebosadero (m3/seg) era de 0,98.
Informan además que las precipitaciones esperadas en la cuenca alta del río para los próximos 9 días, es decir, hasta el pasado viernes 6 de diciembre, fueron de 19,6 mm, e indica que el promedio histórico en noviembre ha sido de 57 mm en 9 días, lo que denota lo que ha ocurrido en La Guajira por cuenta de las aguas, incluso en la parte alta donde no solía llover.
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El mismo informe al que EL HERALDO tuvo acceso contiene una observación que da cuenta de que el nivel del embalse se mantuvo estable en las últimas 8 horas del 27 de noviembre comprendidas entre las 5:00 de la mañana y las 12:00 del mediodía. Y, de acuerdo con los modelos Americano GFS y Europeo ECMWF “las proyecciones de lluvia para los próximos 9 días están por debajo del promedio histórico del mes de noviembre. No se observan precipitaciones extraordinarias en los próximos 9 días, aunque no se descartan crecientes de mediana intensidad. De acuerdo con el último reporte del Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos, no se observa actividad ciclónica en el Caribe en los próximos 7 días”.
Además, la temporada de huracanes finalizó oficialmente el 30 de noviembre.
La Guajira completó un año en medio de la calamidad pública
El departamento de La Guajira completó en el mes de noviembre un año de estar bajo calamidad pública. Así lo explicó el gobernador Jairo Aguilar Deluque al indicar que su antecesora la había declarado en noviembre de 2023 y él, una vez se terminó, debió declararla por las situaciones que ha tenido que afrontar tanto por sequía como por lluvias en este 2024.
Este mes de noviembre que acaba de finalizar marcó el punto más alto de las crisis porque las torrenciales lluvias cayeron en zonas en las que nunca había ocurrido y hasta acabaron con las vías de acceso, lo que ha dificultado la atención de las personas damnificadas. A pesar de la distribución de 240 toneladas de ayudas, en especial de alimentos, hay familias que no accedieron a ellas de manera oportuna por el tema de movilidad, por lo que el mandatario guajiro Jairo Aguilar Deluque reitera el pedido de un helicóptero que les permita atender todas las situaciones que se presentan en la península y que no solo tienen que ver con la temporada de lluvias.