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Fueron 40 años de zozobra, de persecuciones, de desplazamiento para evitar ser víctima de las balas de quienes en ese momento se habían convertido en enemigos, pero gracias a la intervención de los palabreros y de algunos funcionarios del ministerio del Interior, este viernes en la mañana, los clanes en conflictos firmaron un acta donde se comprometen no solo a cesar las agresiones, sino a convivir en el mismo territorio que fue heredado de sus ancestros.

Las confrontaciones partieron de diferencias entre los clanes Pushaina y Uriana y fueron estos los primeros que confrontaron con la utilización de armas de fuego donde hubo dos hombres y una mujer asesinados.

Luego de ese episodio violento en la comunidad llamada Aluyaain, localizada en inmediaciones del kilómetro 122 de la carretera que comunica a Albania con Puerto Bolívar, se empezaron a producir los desplazamientos para evitar más muertos. Unos tomaron la ruta del norte, incluso se fueron a territorio venezolano, y otros tomaron hacia el suroccidente y se asentaron en un territorio conocido como Chispana.