El sol y el viento han convertido a La Guajira en el mejor territorio de Colombia para la implementación de la transición hacia las energías renovables, un proceso que comenzó a consolidarse el pasado 21 de enero con la entrega del parque eólico Guajira 1.
Ese día estuvo en el departamento el presidente de la república, Iván Duque, quien expresó en su discurso que 'hace solo seis meses estábamos en Puerto Brisa viendo cómo llegaban las aspas y los autogeneradores para este parque eólico y hoy nos damos cuenta de que los sueños son posibles y que en equipo se puede transformar un país'.
Aseguró que Colombia ha pasado de 28 megavatios instalados en agosto del 2018, a 2.800 megavatios construidos, adjudicados en subasta y operando.
Este no será el único parque eólico que se construya en La Guajira, ya que habrá otros 15 que tienen previsto el inicio de su fase comercial durante el primer semestre de este año.
Es un gran privilegio que este departamento, que ha sufrido con múltiples problemáticas, sea el protagonista de esta bonanza de energías limpias y sus habitantes esperan que esto se traduzca en bienestar y transformación en la calidad de vida sobre todo de las comunidades que serán impactadas por estas enormes estructuras.
Precisamente a este tema hizo alusión el discurso que dio el día de su inauguración el gobernador de La Guajira, Nemesio Roys Garzón, quien dijo que en este caso no va a suceder como con el gas, cuya producción estaba en un corregimiento donde estaba la planta y el cual no contó con el servicio durante 20 años.
'Eso aquí será diferente, porque ya se aprobó un proyecto del Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para las Zonas No Interconectadas – Ipse, que llevará energía solar a cuatro mil rancherías. La luz llegará a esas comunidades que nunca en su historia han tenido energía en sus viviendas, para cargar sus teléfonos, para realizar las actividades que requieran', aseguró.
Agregó que no solo se instalarán paneles, sino que será un proyecto que tendrá sostenibilidad, porque se entregará a una empresa de servicios públicos que contará con los subsidios de energías renovables.
El mandatario agradeció al presidente Duque no solo por este proyecto, sino por otros que están en marcha, como la vía a la Alta Guajira, que según afirmó le cambiará la vida a la población wayuu de la zona.
El ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, anunció además un nuevo proyecto con el cual se llevará el servicio de energía eléctrica a las 132 comunidades indígenas de Lanshalia, Mushalerain y Taruasarudel que viven en el área de influencia del Guajira I, con una inversión que supera los $1.340 millones de pesos.
'Esto significa que, además de nuestro legado para el presente y el futuro de Colombia, la transición energética es sinónimo de equidad y desarrollo para el país y las regiones', indicó.
El funcionario agregó que, en los últimos cuatro años, el Gobierno nacional ha llevado por primera vez el servicio de energía eléctrica a 3.348 familias en el departamento de La Guajira, y actualmente avanzan nuevos proyectos de electrificación rural, los cuales llevarán este servicio esencial a 12.000 familias adicionales.
Aparte de esto, las tres comunidades wayuu que realizaron una protesta bloqueando la entrada al parque eólico Guajira 1, días antes de ser inaugurado, esperan que se cumpla con la promesa de que se realice la consulta previa con sus pobladores, ya que consideran que son directamente afectados con la instalación de las estructuras.
Según el líder de la ONG Nación Wayuu, José Silva Duarte, los miembros de las comunidades Maleen, Woupase y Malui no hicieron parte de las consultas previas que se realizaron en la zona y desde antes de que comenzara la construcción del parque habían solicitado la realización de estas consultas, porque afirman que el proyecto agarró medio cementerio y les cerraron vías de acceso y nunca le prestaron atención.
Por estas situaciones hay algo de escepticismo en algunos sectores. El exdirector de Planeación departamental, Cesar Arismendi, expresó que 'en municipios como Uribia, territorio de la mayoría de los parques eólicos del país, se requiere una ruta de aceleración y de cierre de brechas sociales. Estado, empresas y comunidades pueden coincidir en los acuerdos de consultas previas que se llevan a cabo articulados con los objetivos mínimos constitucionales de la Sentencia T-302 de 2017 y las medidas cautelares de la CIDH para los wayuu'.
Considera que esta transición energética nacional es una feliz oportunidad de alinear necesidades del modelo de desarrollo económico nacional, con las necesidades de mejor estar de las comunidades indígenas. 'Todos del mismo lado con una institucionalidad territorial actuando en su mediación y coordinación proactiva', añadió.