En una carta dirigirá a Diego Fernando Mora director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), la lideresa wayuu Yelenca Gutiérrez Fajardo, denunció que desde el 21 de septiembre, este organismo desmontó las medidas de protección que tenía debido a amenazas en su contra.
'Quiero dejar en conocimiento y por escrito que me encuentro en situación vulnerable y ahora aún más porque mi familia ha sido víctima de secuestro por grupos de delincuencia común', expresa.
Yelenca se refiere al secuestro de su esposo Haison José Fuenmayor Escobar, junto a Abel Manjarrés Mejía, quienes estuvieron en cautiverio durante siete días en el mes de septiembre, en el corregimiento de Tomarrazón, área rural de Riohacha.
Por este motivo la lideresa pide medidas emergentes para ella y sus allegados y manifiesta que 'cualquier cosa que me suceda a mi o algún miembro de mi familia, responsabilizo al Estado o a la UNP por no garantizarme el derecho a la vida, libertad y seguridad de mi familia'.
Yelenca es una lideresa indígena integrante del movimiento Nación Wayuu, que ha denunciado ser víctima de persecuciones y atentados por su condición de defensora de los derechos humanos, al igual que todos los líderes del movimiento.
'Desde el secuestro de su señor esposo, su núcleo familiar y sus hijos quedaron seriamente afectados y expuestos a que los vuelvan a plagiar porque el estado colombiano a través de la UNP se niega a darles protección, a pesar de las múltiples solicitudes elevadas', afirma Nación Wayuu.
Explica que hace pocos días Ricardo Pérez Rodríguez, funcionario de la UNP llamó a decir que se necesitaba reunir con Yelenca, 'no precisamente a brindarle protección a nuestra compañera si no a revictimizarla, quitándole un teléfono y un chaleco blindado que le habían entregado a manera de protección'.
Nación Wayuu aseguró que la queja se elevó ante la comunidad nacional e internacional así mismo ante los órganos de control Policía, Fiscalía, Procuraduría, Defensoría del Pueblo, ONU, OEA, WOLA, para que se garanticen los derechos a la vida e integridad física, no solo de Yelenca, sino de todos sus miembros.