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'Eso es como perder parte de la vida de uno, no saber qué pudo pasar, no poner punto final, estar siempre en una incertidumbre…'

Es lo único que atina a decir Sergio Lázaro sobre la desaparición de su hermano Borja, el reportero gráfico español que fue visto por última vez la madrugada del 8 de enero de 2014 en el Cabo de la Vela, departamento de La Guajira.

Afirma que su familia no lo olvida y que nunca dejará de buscarlo, por eso hoy, cuando se cumple un aniversario más de este hecho, llevará a cabo una concentración en el Edificio de Correos en la plaza de los Celedones de Oro, en Vitoria-Gasteiz, capital de la comunidad autónoma del País Vasco, situada en el norte de España, de donde es oriundo.

'Haremos esto para recordarlo, para decirle que lo seguimos esperando y buscando, pero además para buscar la implicación de las autoridades', manifestó Sergio en diálogo telefónico con EL HERALDO.

Últimos rastros

Con 34 años de edad, Borja Lázaro llegó a La Guajira para hacer un reportaje fotográfico de la etnia wayuu y así lo evidencian sus últimos rastros en la web, en la que hizo alusión al segundo entierro que llevan a cabo los indígenas en esta región, y que es un ritual en el que se realiza la exhumación del cadáver luego de varios años, para preparar y limpiar los restos con el fin de darles una nueva sepultura.

En Colombia también estuvo en Bogotá y Santa Marta, pero fue en esta península donde pasó la Navidad. 'Una navidad diferente en La Guajira, Colombia #navidad #colombia #laguajira', tuiteó el 24 de diciembre a las 12:21 del mediodía.

Era un viajero, un aventurero que quería registrar con su cámara todas las experiencias de sus viajes y los lugares que visitaba.

'Wayuu: el secreto del tiempo; el ritual del hueso #colombia #wayuu #guajira #fotografía', fue lo último que escribió en su cuenta de Twitter. El trino fue el 4 de enero de 2014 a las 7:29 de la noche.

Cuatro días después, Borja –que también era ingeniero informático– se encontraba departiendo con otros extranjeros y varios colombianos en las playas del Cabo, cerca de la posada Pujuro, donde se había hospedado. Tras su desaparición, ninguno de ellos pudo ofrecer información que pudiera servir para dar con su paradero o para saber exactamente qué pasó con él.

Su novia, Danny Sánchez, al no tener comunicación con él, escribió un correo electrónico al administrador del hostal, que fue leído el 23 de enero de ese año. En la respuesta le dijeron que no sabían nada de él y que allí había quedado su cámara fotográfica, un computador, ropa y documentos.

El administrador de esa posada, Andrés Felipe Romero, recordó que el español llegó sorpresivamente, guardó las cosas en una de las cajillas y pidió una hamaca para dormir. En Pujuro los empleados recordaron que la noche anterior a su desaparición Borja no quiso comer, pero que en su estancia lo que más pedía era patacón y pescado.

Comerciantes del Cabo afirmaron que la noche del siete de enero hubo una gran fiesta donde estuvieron alemanes, chilenos y vieron a Borja ingiriendo licor y bailando.

Al día siguiente algunos turistas comenzaron a irse, otros llegaban, tal y como es la dinámica en este sitio turístico. Por este motivo, nadie extrañó al fotógrafo hasta que se enteraron de que estaba desaparecido, por el correo que envió su novia.

Desde ese momento hasta la fecha este hecho se convirtió en un gran misterio, ya que nadie ha podido dar una pista del extranjero, ninguno vio nada y el tema ya es historia olvidada en este lugar.

Varias hipótesis

Cuando se conoció la desaparición del español, la Policía colombiana comenzó de inmediato su búsqueda en toda la zona del Cabo de la Vela. El Gaula fue el organismo que asumió la investigación, la cual no dio ningún resultado.

También se ofreció una recompensa de 10 millones de pesos a quien diera información sobre su paradero, sin embargo todas las llamadas que se recibieron fueron falsas, según informó la institución.

Las autoridades manejaron varias hipótesis, entre las que están el ahogamiento; que algo le sucedió en una de las comunidades indígenas cercanas al lugar donde se hospedaba, o que había sido secuestrado, pero nunca se tuvo una pista certera de qué pudo haber pasado con el extranjero.

La familia en España tampoco sabe nada y lamenta que la investigación haya quedado estancada. 'No hay nada nuevo; es lo mismo que siempre nos han dicho', afirma su hermano.

Su novia Danny estuvo en el Cabo acompañada por la Policía para averiguar sobre el paradero de Borja Lázaro. Permaneció en este departamento casi un mes el mismo año que desapareció su pareja y luego regresó a México, donde vive, después de no tener noticias positivas.

En la concentración que se llevará a cabo este domingo en España para recordarlo estarán presentes representantes de distintas instituciones que trabajan en la búsqueda de desaparecidos y a las cuales se han unido sus familiares, quienes no se han quedado quietos en ningún momento.

De hecho, en una oportunidad estuvieron en el Parlamento Europeo para pedir más colaboración de las autoridades en un foro organizado para acoger a familias de desaparecidos, y constantemente llaman a la Policía en La Guajira para saber qué ha pasado.

También participarán el periodista Paco Lobatón y Anabel Carrillo, presidente y directora de la Fundación QsdGloblal, que lleva a cabo una gran labor por los desaparecidos y de atención a sus familias.