Johan David Rodríguez Vega no pudo darle el último adiós a su hija de dos años. Mientras él estaba recluido en la unidad de cuidados intensivos de una clínica, la menor era sepultada en el Cementerio Central de Riohacha.
Diez días después del fatídico 2 de octubre, fecha en la que asesinaron a su pequeña hija de un disparo cuando intentaban atracarlo, él reconstruye los hechos, afirmando que cuando supo que su princesa –como llamaba cariñosamente a la menor–, había fallecido, él también quiso morir.
Eran las 7:40 de la noche cuando Johan David llegó en una motocicleta junto a su esposa Sandy Paola Zambrano y su hija a una droguería en el barrio Las Tunas en Riohacha. La mujer se bajó del vehículo, mientras él lo parqueaba, cuando de repente fueron abordados por un sujeto, quien los apuntó con un arma de fuego y les dijo que entregaran los celulares.
Ellos respondieron que no tenían nada porque habían dejado sus celulares en su vivienda, y posteriormente el delincuente le colocó un arma en el cuello a Sandy Paola y decía que no se hiciera matar.
'Yo al ver que estaba amenazando a mi esposa, me imaginé que le iba a disparar, entonces bajé a mi hija de la moto y la resguardo detrás del vehículo para que no se viera afectada y me dirigí hacia él ya que me había dado la espalda. Luego inició un forcejeo y caímos al suelo y el atracador empieza a hacer los disparos y mi niña se acerca y él que estaba encima de mí, la mira y dirige el tiro hacia ella', dijo con gran impotencia Johan David, a quien otro delincuente le disparó en la parte derecha del torso.
Luego los victimarios intentaron huir en una motocicleta, pero esta no prendía y dos cómplices más, ayudaron a empujar el vehículo.
A partir de ese momento, el panorama para Johan y Sandy se tornaba cada vez más oscuro. La mujer desesperada con su hija en los brazos pedía ayuda y el conductor de una moto que transitaba por el sector la llevó hasta la clínica, donde murió la menor al poco tiempo de su ingreso. Johan, aunque estaba herido, intentó perseguir a los asaltantes, pero se desplomó debido a que sentía que se quedaba sin aire.
10 días sin la pequeña
'Yo entré al quirófano y cuando retomo el conocimiento aún no sabía que mi niña había muerto, nadie me daba razón. Luego me operaron nuevamente y horas después con ayuda de una psicóloga me dieron la noticia', contó el joven villanuevero con la voz entrecortada.
Agregó que quiso morir, y su reacción fue la de quitarse los sueros y un tubo que le habían colocado para drenarle un pulmón, por lo que los médicos decidieron sedarlo.
Él y su esposa expresaron que estos días han sido difíciles porque junto a su hija vivieron muchos momentos felices y cualquier rincón de su casa siempre se las recuerda. Sandy Paola Zambrano contó que 'mi hija era mi alegría, ella lo era todo, mi vida. La llevaba al colegio y todos la adoraban, se hacía querer de muchas personas porque cuando íbamos por la calle iba saludando a todos. Se siente la casa vacía, la recordamos como una niña amorosa, angelical y traviesa. Nuestra única hija, lo que tanto anhelábamos y que duramos cerca de dos años para tenerla'. Mientras mostraba sus juguetes y la ropa de la niña, Sandy Paola y los abuelos maternos y paternos lloraban desconsoladamente, ellos aún no entienden cómo le arrebataron la vida a la menor.
'Hay momentos en que me deprimo al recordar, yo lo que quiero es que se haga justicia y que los delincuentes que fueron capturados por este caso, que son ellos porque mi esposa y yo los reconocimos, paguen por lo que hicieron', aseguró Johan David. Mientras que Sandy Paola indicó que está muy nerviosa y pidió a las autoridades un respaldo, que no los dejen solos.
Sobre las capturas que se han hecho por este caso señalaron que nada les llenará el vacío por la muerte de la menor, pero que sintieron un alivio porque las cosas se dieron rápidamente y piden que les den una condena justa.