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Con entusiasmo, pero sin dejar de realizar sus labores cotidianas, los miembros de las Farc concentrados en la vereda Pondores, del corregimiento de Conejo, siguieron por televisión el acto de la entrega final de las armas a la Onu que se llevó a cabo en la zona veredal de Mesetas, en el Meta.

Fue un día tranquilo, no hubo ninguna ceremonia ni acto especial, unos lavaban, otros estaban de 'rancheros', es decir cocinando, los encargados de las guardias, estaban en sus lugares y varios de la dirigencia se reunían en un lugar cercano a la carpa donde estaba el televisor prendido desde las diez de la mañana, hora señalada para el inicio de la transmisión.

‘Fabio Bohórquez’, quien hace parte de la mesa técnica de seguridad de las Farc a nivel nacional acababa de llegar de Bogotá y expresó que 'más que un momento histórico, es todo un proceso histórico que está lleno de muchos momentos importantes, siendo este uno de gran relevancia porque marca la certeza de lo que venía poniendo en duda la 'derecha', sobre la entrega de las armas'.

Manifestó con vehemencia que 'las Farc estamos cumpliendo y esperamos que también lo haga el Gobierno Nacional, es su gran oportunidad para que solucione lo graves problemas que dieron origen al conflicto armado en Colombia'.

En este Punto Transitorio de Normalización, donde hay 320 guerrilleros ya desarmados, se llevó a cabo el 20 de junio, el acto simbólico para la entrega del último 40% de las armas y fue cuando todos se reunieron a 'celebrar' este hecho con la presencia del secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, el Alto Comisionado para la Paz Sergio Jaramillo y los líderes de las Farc Pastor Alape y Rodrigo Granda.

Por eso, este martes 27 de junio, transcurrió normalmente, no hubo invitados, visitantes ni misiones especiales, como las que se les dan a los encargados de la prensa, a los que deben tomar fotos, de atender a los que llegan y tampoco presencia de esos policías que cuando están en la zona, conviven, comen y bromean con los miembros de las Farc, como si nunca hubieran estado en bandos contrarios.

El almuerzo fue puntual como todos los días a las 11:30 de la mañana y mientras comían, hubo especial atención a los discursos del máximo jefe de la organización Timoleón Jiménez y del presidente de la República Juan Manuel Santos.

Hubo una aprobación general ante lo manifestado por su líder, pero muchos comentarios en voz bajita, cuanto hablaba el mandatario de los colombianos.

Bohórquez afirma que el presidente 'habla para la tribuna, con el deseo de que todo pueda cumplirse, pero está demostrado que no tiene todas las variables en sus manos, porque hay contradicción en el bloque de poder y unos grupos económicos muy fuertes que están detrás de todo esto y aunque Santos quisiera no va a poder darle respuesta a todo'.

Cuando la ceremonia terminó, los miembros de las Farc siguieron en sus labores con la esperanza que el gobierno pueda cumplirles con la seguridad física, la estabilidad socioeconómica y la implementación de los proyectos productivos que se pactaron en los acuerdos.

'Esta es una gran preocupación que tenemos y creemos que el elemento que hace falta aquí es el pueblo, que aunque cada día nos apoya más, esperamos que el gobierno nos permita seguir haciendo la pedagogía en las regiones', puntualizó Bohórquez.