Compartir:

La primera comunidad que visitó la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar Cristina Plazas, al comenzar a despachar desde La Guajira, fue la de Cangrejito, en área rural de Riohacha y ubicada a solo quince minutos del casco urbano.

Allí encontraron muchos niños bajos de peso, con baja estatura y aparentemente con desnutrición crónica, pero sin complicaciones, según afirmo el pediatra Spencer Rivadeneira, quien acompañó la caravana, junto a una comisión de la Defensoría del Pueblo.

En una misma casa, por ejemplo, se encontraron cinco niños de una misma familia, cuyos padres se negaron a que fueran revisados o trasladados a un centro de salud, aunque después de la ayuda de los líderes de la comunidad, accedieron a que la niña menor, de solo quince días de nacida, fuera llevada al Hospital Nuestra Señora de los Remedios, ya que tenía ictericia, es decir, un color amarillento en la piel.

'Con esta son tres veces que hemos venido a esta casa en los últimos meses y por fin logramos que los padres dejaran que sus hijos fueran atendidos. Por estos casos venimos con un equipo defensorial, con el fin de tomar decisiones por el bien de los niños', aseguró Plazas, quien dijo que visitará durante un mes, ranchería por ranchería, para verificar el estado de salud en los menores.

El líder de esta comunidad Wilman Iguarán, aseguró que el padre de esos cinco niños, siente temor porque cree que se los van a quitar o se van a morir en el hospital. 'Es que él ha escuchado que los niños se mueren, además llegan muchas personas con uniformes y hasta la policía, entonces le da miedo, pero hablaremos con él para decirle que esto es por el bien de sus hijos', manifestó.

Quieren que los ayuden a trabajar

En esta comunidad, donde hay unas 320 familias y 200 menores de edad, no hay agua permanente y tampoco tienen fuentes de empleo, por lo que sus habitantes esperan recibir la ayuda del Estado para tener con qué vivir.

El líder Wilman Iguarán asegura que están dedicados a la pesca, pero en estos momentos está muy mala por las brisas y el agua viene a veces a través de una conexión que se logró gestionar en la época electoral, con el actual alcalde Fabio Velásquez.

'Necesitamos que nos ayuden con proyectos productivos, aquí podemos sembrar porque la tierra es buena y también pescar, pero lo más urgente es el agua', indicó.

El domingo se enterró una niña que murió en Perratpa

En el hospital Nuestra Señora de los Remedios permanece Olga Arias, líder de la comunidad Perratpa, ubicada en el kilómetro 30 en la vía a Maicao, donde dice que el domingo enterraron una niña de dos años que tenía muy bajo peso.

'La primita de la niña la trajimos al hospital porque también estaba en la misma situación y el pediatra dijo que a pesar que tiene un año y dos meses, tiene el peso de un niño de siete meses', explicó.

Agregó que los wayuu muchas veces les da temor llevar a los niños a recibir atención, tampoco tienen dinero para hacerlo y en ocasiones no conocen 'saben que hay que pararle bola a los niños cuando están flaquitos porque se pueden morir'.

La líder logró hablar con la directora del Icbf, quien el jueves estará en Cangrejito llevando a cabo una jornada para revisar cada uno de los niños y hacer una verificación de su situación nutricional.