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El líder social y defensor de derechos humanos Nilson Andrés de Arco murió este viernes tras haber sido hospitalizado el pasado 20 de julio por un ataque de bala, lo que aumenta a 170 el número de activistas asesinados en Colombia en lo que va del 2025.

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El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) detalló en un comunicado que los hechos ocurrieron en julio cuando De Arco trabajaba en un espacio comunitario del municipio de Soledad, en Atlántico, y un hombre le disparó causándole heridas que lo mantuvieron hospitalizado hasta su fallecimiento.

La Defensoría del Pueblo hizo un llamado a la acción prioritaria en la zona y señaló que la imposición de normas y otras formas de gobernanza ilegal por parte de los grupos armados representa “un permanente riesgo de violación a los derechos de la población”, según Indepaz.

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En Soledad operan diversas bandas criminales que incrementan el riesgo para la población mediante control territorial, extorsiones, microtráfico y amenazas, en medio de un aumento de la violencia urbana y de disputas entre grupos armados por las rentas ilegales.

En este sentido, la Defensoría también ha alertado sobre los riegos a los que se enfrentan las personas que se dedican a la defensa de los derechos humanos.

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“La imposición de normas y otras formas de control social por parte de los grupos armados significan un permanente riesgo de violación a los derechos de la población”, apuntó Indepaz.

Uno de los grupos ilegales que actúa en la zona es el Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país, también conocida como Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) y heredera de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).