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Muchos vecinos del barrio Rebolo continuaban este viernes sin aceptar ni entender el doloroso episodio que se vivió la noche del jueves anterior en la calle 14 con carrera 28, punto donde se autolesionó con su arma de dotación el patrullero de la Policía Metropolitana de Barranquilla, Jorge Camargo Arrieta, luego de ocasionar con una moto de la institución un accidente tránsito que dejó lesionada a una niña de 3 años de edad.

Recordemos que una versión inicial apuntó a que pasadas las 8:00 de la noche, el uniformado conducía por la zona y embistió a la niña que, al parecer, intentó cruzar la calle de manera intempestiva.

Sin embargo, este viernes se confirmó que el uniformado chocó fue una moto en la que se desplazaba la niña con un adulto.

Tras el acto, el uniformado se bajó del vehículo institucional y le habría prestado los primeros auxilios a la víctima, acompañado de otros policías y por vecinos, logrando así que la pequeña fuera trasladada al Hospital General de Barranquilla.

Entretanto, según lo descrito por testigos, el policía Camargo, aparentemente afectado por lo sucedido, sacó su arma de dotación y se disparó en la cabeza en el mismo lugar de los hechos.

En medio de gritos de los vecinos y de los uniformados que estaban en la diligencia del accidente, Camargo también fue auxiliado y llevado hasta un centro asistencial cercano. Horas más tarde del mismo jueves se confirmó su deceso.

A través de un comunicado, la Policía Metropolitana de Barranquilla lamentó el hecho y confirmó que el uniformado “se autolesionó con su arma de dotación”, por lo que fue “trasladado a un centro asistencial donde minutos después se reportó su deceso”.

El agente tenía dos años de servicio, estaba adscrito a la Unidad de Intervención Policial, Unipol, y aparentemente hacía parte de una actividad de vigilancia en la zona.

SuministradaEl policía Jorge Camargo.

Voces desde Rebolo

Héctor Vizcaíno, abuelo de la niña accidentada, detalló que esta se movilizaba con su hijo en dirección a la casa.

“El hijo mío venía en la moto con la niña. Y venía el policía en su moto y es cuando él (policía) se cruza. Cuando nos avisan y llegamos a la esquina donde pasó eso, ya se habían llevado a la niña para el Hospital de Barranquilla. Tomamos camino hacia el hospital y entonces nos llamaron que había un tiroteo en el lugar. Pero el tiroteo era que el policía había tomado la decisión de dispararse. Sí, con tantas cosas, me asusté”, relató Vizcaíno.

Seguidamente, el adulto mayor opinó que la acción del policía de autolesionarse sobrevino de “que pensó que, de pronto, al ver a mi nieta tendida en el piso, pensó de que estaba muerta”.

Sobre el estado de salud de la niña, el abuelo manifestó que solo sufrió “golpes leves” y que los médicos “le hicieron todos los exámenes y no le salió nada. Gracias a Dios”.

Por su parte, un vecino del sector, identificado como Luis Cardona, dio su versión del accidente y del momento en que el uniformado empezó a ser acosado por vecinos del sector y, supuestamente, compañeros de la institución.

“A el policía lo llamaron de allá de La Chinita, no sé si había un problema. Entonces, claro, ante una llamada, corren enseguida. No se percató de que esa vía es transitable y se llevó la moto con la niña. Ahí lo cogió y lo manipuló la gente, toda la gente, la policía. Hasta los mismos compañeros, el agente vino hasta acá, al ver que estaba acorralado, vino hasta acá y estaba hablando con la mamá o el papá, no sé quién era. En esos instantes llegó un agente pidiéndole la cédula y él como que estaba todo preocupado, lo cogió el desespero y se metió un tiro en toda la boca”, narró el vecino.

Otro habitante del barrio, que no se identificó, fue más minucioso y señaló que “en ningún momento la comunidad presionó a nadie”.

Sin embargo dejó entrever que un informado le dijo a Camargo que “lo iban a empapelar”, y eso lo habría alterado.

Ayer la institución también comunicó que se “dispuso de un equipo interdisciplinario que hará las indagaciones correspondientes y acompañará a los familiares del uniformado”.