El primero de enero de este año que está por expirar se dio la primera denuncia por extorsión ante las autoridades policiales y, según registros del Ministerio de Defensa Nacional, se dio en el municipio de Soledad, en el área metropolitana de Barranquilla.
Tal suceso marcó lo que sería todo el 2024, pues si bien al cierre de 2023 existían alertas y visiones de entidades como Fundesarrollo y el Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Universidad del Norte, frente a crecientes cifras de casos denunciados en distintos periodos, este delito de alto impacto puso en jaque a las autoridades y a la ciudadanía del Atlántico.
En enero, la ciudad de Barranquilla apenas retomaba labores o se reacomodaba del puente de Reyes Magos cuando fue asesinado en el barrio Los Ángeles, en la localidad Suroccidente, el tendero Hernán Vásquez Ardila, de 35 años de edad.
Este hombre era el dueño del Autoservicio ‘La Berraquera’ y fue tiroteado frente a su negocio en la noche del martes 9 de enero. Al parecer, criminales habían dado la orden a comerciantes del barrio de que cerraran sus negocios si no pagaban cuotas extorsivas, pero este se habría rehusado.
El crimen del comerciante y una denuncia de la Asociación Colombiana de Industria Gastronómica, Acodres, por amenazas a un restaurantero de un exclusivo sector de Barranquilla escalaron hasta la jefe del Ministerio Público, Margarita Cabello, quien desde esta capital hizo un llamado a las autoridades para que intervinieran en todo el Departamento.
Un mes difícil y sangriento
En marzo múltiples casos sacudieron a la ciudadanía: Andrés Antonio Robles Bohórquez, entonces presidente del Polo Democrático Alternativo en Atlántico, fue detenido por un caso de extorsión a un comerciante.
Además se registraron los crímenes de Diomer Andrés Gómez Duque, un panadero del barrio La Floresta, en la localidad Riomar de Barranquilla; el del barbero Yeins Anthony Logreira Barrios, mientras atendía su negocio en la calle 84; y el homicidio del comerciante Marco Aurelio Díaz Plata, propietario del Mercadito Santa Inés, de Soledad. Todos estos hechos fueron asociados a la extorsión.
La situación fue tan extrema que Barranquilla y Soledad se movilizaron para condenar los ataques de estructuras criminales como los ‘Rastrojos-Costeños’ y ‘los Costeños’ contra los comerciantes. Las protestas se concentraron en exigir resultados de las autoridades en torno a los asesinatos de Marco Aurelio, Yeins, Diomer y Hernán. Pero además se reclamó por los hechos criminales de los dos últimos años ocurridos en todo el Atlántico contra actores de otros sectores de la economía, y por la protección a las autoridades policiales y civiles, para poder trabajar en paz.
Y finalmente en el mismo periodo el delantero del Junior Carlos Bacca denunció un intento de extorsión que sufrieron él y su familia.
Tras una rápida investigación, la Policía detectó que se trataba de un caso de extorsión en la modalidad de ‘falso servicio’.
En su momento, el goleador de Junior lamentó además la situación de seguridad en Colombia, como el secuestro que sufrió el padre de Lucho Díaz, Luis Manuel Díaz, y este intento de extorsión que padeció él.
Al cierre del primer trimestre del año, el entonces comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, general Herbert Benavidez, aseguró que los casos de denuncias por este delito se habían reducido con respecto a periodos anteriores.
En abril, por acciones desarrolladas por la institución armada y por la Fiscalía local se logró el esclarecimiento del asesinato en octubre de 2023 del empleado de una estación de gasolina, identificado como Jorge Armando Molinares Malvido. Por este hecho fue detenido Wilson Alfonso Luna Pérez, alias Cocuán, presunto miembro de ‘los Costeños’ del ala de ‘Cachetes’, extorsionista del suroriente de Barranquilla.
En mayo, otro comerciante volvió a ser víctima de las balas de extorsionistas. Se trató de Calixto de Jesús Baldovino Ortega, de 50 años de edad y propietario en el barrio Renacer, de Soledad, de un estadero llamado la ‘Terraza Rumbera’. Meses después se estableció mediante investigación que el hombre fue extorsionado por ‘los Costeños’.
En junio y julio más denuncias de víctimas salieron a flote y las autoridades empezaron a dar resultados de investigaciones iniciadas en los meses donde más había arreciado este delito. En aquel momento presuntos integrantes de ‘los Pepes’ y ‘Costeños’ fueron presentados ante jueces de control de garantías.
En agosto volvió a elevarse el pico de denuncias, incluyendo las manifestadas por el gremio de transportadores de la empresa Lolaya, la cual fue blanco de intimidaciones. Esta situación llevó al cierre temporal del servicio de transporte público colectivo, igual que años atrás.
Desde Barranquilla, el general José Luis Ramírez Hinestroza confirmó entonces la presencia de una célula del Clan del Golfo que venía afectando el Atlántico y que se disputaba zonas con los ‘Pepes’ y ‘Costeños’.
No obstante, investigadores detectaron que las intimidaciones a Lolaya no provenían del Clan del Golfo, sino de ‘Costeños’ que se hacían pasar como integrantes de este poderoso grupo criminal.
Tres muertes más
José Luis Chávez Ardila, conductor de la empresa Cooasoatlan, fue baleado dentro de un bus que salía de una nevada de Soledad. Este caso sucedió el pasado 5 de septiembre.
Esta situación llevó nuevamente al bloqueo de vías y al cierre temporal de rutas de transporte público urbano entre Barranquilla y Soledad. Incluso la compañía afectada habló de un “cierre indefinido”.
Al cierre del mes fue asesinado Levis José Valdivieso Hernández, el propietario de un asadero de pollos en el barrio El Pueblo, perteneciente a la localidad Suroccidente de la capital del Atlántico.
Octubre y noviembre siguieron la racha criminal con hechos tan tensionantes como el crimen de la mesera Shirley Paola Romero Campo, ocurrido en un restaurante de Los Cedros, de Soledad, en medio de intimidaciones a los propietarios del negocio, o el atentado del que fue blanco una empleada de SuperGiros en Santa Cruz, de Luruaco.
Además, al finalizar noviembre, dos jóvenes, presuntos integrantes de ‘los Costeños’, fueron capturados por dispararles a una docente y dos estudiantes de un colegio soledeño en medio de presiones para el pago de cuotas extorsivas.
¿Un alivio?
La semana anterior, el general José Luis Ramírez Hinestroza, jefe del Servicio Nacional de Policía y en la cúpula de la institución, volvió a Barranquilla para dar los resultados de dos megaoperaciones contra extorsionistas no solo de esta zona del país, sino de todas las regiones.
En el plano local reveló la detención de 13 sujetos que integraban un frente del Clan del Golfo en el Atlántico y que fueron señalados de los ataques a tiros en este territorio. Además se afectaron a ‘los Costeños de Cachetes’, ‘los Costeños de 40′ y ‘los Pepes de Malambo’.
Paralelo a eso, el alto oficial confirmó un trabajo en conjunto entre Policía y la DEA para la posible extradición de Digno Palomino, ‘Castor’ y otros 25 actores del crimen en el país que se lucran de la extorsión, pero refuerzan rentas para sostener sus estructuras con el narcotráfico a gran escala.