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Un juez de control de garantías legalizó este jueves 29 de agosto las capturas de tres individuos que estarían implicados en el asesinato del patrullero de la Policía Metropolitana de Barranquilla, Jaider Gregorio Amador Quessep, un uniformado de la institución armada que fue baleado por hombres armados mientras visitaba a su madre el pasado viernes 17 de mayo, en el barrio San Luis de esta capital.

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EL HERALDO conoció que se trata de Fernando Stiven Acuña Fuentes, Gustavo Adolfo Villanueva Llerena y Eudo Enrique Romero Urdaneta, identidades de los tres individuos que fueron capturados por las autoridades, tras una investigación que empezó desde el mismo día de los hechos.

Cabe recordar que una vez se confirmó el deceso del uniformado, el director de la Policía Nacional, general William René Salamanca, anunció desde la ciudad de Cartagena una recompensa por información de los autores, materiales e intelectuales, del asesinato en Barranquilla del patrullero Amador Quessep, de 32 años.

Sobre el atentado se recuerda que el uniformado había llegado ese viernes 17 de mayo en una camioneta último modelo Mazda CX30, de placas JVX-743, hasta la casa de su progenitora en la calle 94 con carrera 4A, del barrio San Luis, en la localidad Metropolitana.

Después de unos minutos en el domicilio este salió de la vivienda familiar a contestar una llamada telefónica y en ese momento fue abordado por un pistolero.

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Toda la acción cometida por el criminal quedó registrada en un video de una cámara de vigilancia. El asesino le disparó por la espalda al policía y este, en un intento por ponerse a salvo, trató de ocultarse detrás de otro automóvil parqueado en la zona. No obstante, el criminal lo persiguió y lo remató en la cabeza.

En su momento, la misma Policía, de manera interna, manejó la versión de que el uniformado Amador Quessep estaba “presuntamente vinculado con actores delincuenciales que tienen presencia en el área metropolitana de Barranquilla”.

Por ello se fueron a la hoja de vida del uniformado y encontraron que este había prestado servicio en la Unidad Antinarcóticos de la Policía Nacional, pero hacia el año 2020, con una pandemia en curso, fue desvinculado y trasladado al Caribe. Al parecer, superiores no confiaban en su labor.

Después, a la cascada de información que circuló en redes sociales, también se le puso la lupa. Este medio de comunicación estableció que las pesquisas se centraron en su momento en mensajes que fueron publicados en grupos de WhatsApp que relacionaron al patrullero con estructuras dedicadas al tráfico de estupefaciente en Barranquilla y Cartagena. Por eso se envió notificación interna a la Policía Metropolitana de Cartagena para establecer si la orden de su muerte salió desde esa capital.

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Fuentes de la institución armada señalaron que resultarían “evidentes” una serie de gastos personales del patrullero que serían de “difícil justificación”. Vehículos, fiestas, vivienda, administración de bienes y lujos que es poco común que los tenga un uniformado con el rango que tenía la víctima.

Ahora, en audiencia de imputación de cargos, la Fiscalía revelaría cuál habría sido el rol de los tres capturados.

En registros de prensa Fernando Stiven Acuña Fuentes, Gustavo Adolfo Villanueva Llerena y Eudo Enrique Romero Urdaneta, aparecen con cargos por delitos como hurto y porte ilegal de arma de fuego.