Por Donald Santis Zúñiga
Luego de ese doloroso episodio que estremeció este domingo 18 de agosto a los vecinos del barrio Ciudad Paraíso de Soledad, cuando en horas del mediodía se halló en un lote el cuerpo enterrado de Gina Paola Rivera Toloza, de 31 años de edad, este lunes su hermana Irene Toloza, desde la sede del Instituto de Medicina Legal, aclaró algunos detalles de cómo se llegó hasta ese sitio y, más allá, cómo se dio la desaparición de la mujer el mes anterior.
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En su relato, Irene expresó que todo derivó de una llamada anónima que hizo un vecino del barrio, aparentemente, testigo del momento en que un hombre identificado como Deiser, expareja de la mujer muerta, enterraba su cuerpo en el ya citado lote del barrio Ciudad Paraíso.
Sobre el momento en que presuntamente lo hizo el individuo, ahora sospechoso por feminicidio, no habría sido revelado por el vecino anónimo.
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Lo que sí se aclaró es que ese lote hace parte de la misma vivienda del hombre llamado Deiser y, según Irene, no fueron terceros los que encontraron el cuerpo de su hermana sino sus propios familiares.
“A mí me avisan que podría estar el cuerpo de mi hermana enterrada. Avisamos a la Policía que nos acompañara, para que no se escapara el principal sospechoso. Al ver que no llegaban, nosotros (familia), de la misma desesperación decidimos ir, cuando empezamos a cavar salió el brazo de ella (Gina Paola). Nos entró un nervio y cuando lo vimos dejamos eso así y llamamos a las autoridades enseguida”, sostuvo Irene Toloza.
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Agregó que: “Nosotros en el día de ayer (domingo), por temor, no vimos todo el cuerpo, y después no nos permitieron ingresar a verlo. La Fiscalía nos preguntó qué ropa tenía ella (Gina Paola) el día que desapareció. Nosotros le comenzamos a decir que ella tenía un jean, un body rojo. Además, tenía una cicatriz en el cuello del lado derecho y nos informaron que el cuerpo sí tenía la cicatriz, que probablemente podía ser ella”, indicó la mujer.
Por otro lado, Irene reveló cómo era la relación entre su ser querido y su expareja sentimental, ahora señalado como el presunto feminicida: “Este señor fue la última persona que la vio el día que ella desapareció (16 de julio). Siempre la amenazaba, la acosaba hasta en su trabajo. Cada vez que ella salía de laborar, le decía que si no era para él, no era para nadie. Y siempre la perseguía. Ella varias veces nos comunicó, incluso yo le dije que le pusiera una denuncia para que no pasara a mayores”.
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Hasta el momento los familiares aún desconocen el paradero del hombre, puesto que salió despavorido del lugar de los hechos cuando “escuchó el grito de una de las vecinas al momento del hallazgo”. Sin embargo, los allegados piden a las autoridades “que hagan justicia” por este caso.
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Tras el suceso, la comunidad saqueó la vivienda del sospechoso.
