Ocho días en los que la tranquilidad fue notoria. Los hechos de sangre estuvieron reducidos casi que en un 90%. Sin embargo, otros flagelos permanecieron en una constante: la extorsión y el tráfico de estupefacientes. Todo demostrado con las capturas realizadas por la Policía Metropolitana de Barranquilla, incluso con grandes hallazgos de sumas de dinero, producto del cobro de las famosas ‘vacunas’.