El 30 de noviembre de 1981 ocurrió uno de los hechos violentos más impactantes en la ciudad de Barranquilla en aquel entonces: el hijo menor de una familia pudiente, que residía en el acomodado barrio El Golf, asesinó a sus padres con arma blanca en el baño del domicilio.
Aquel día lunes el joven le había propuesto a un amigo asesinar a sus padres y que incluso le pagaría por realizar tal acción macabra, pero dicho amigo le dijo que no. Es más, la historia siempre mantuvo que este joven pensó que todo se trataba de una broma.
Pero el pensamiento perverso y fuera de sí de aquel muchacho, de 29 años, era muy serio, y esa misma noche ejecutó su plan, un parricidio que dejaría a Barranquilla consternada por mucho tiempo.