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La tranquilidad en el conjunto North Frontier del sector de Villa Campestre se vio irrumpida por disparos que se escucharon en ráfagas. Los vecinos de esa zona, acostumbrados a vivir en un sitio calmado, no paraban de salir por el asombro que produjo el triple homicidio. Todo parecía haber sido sacado de una película de acción.

Dos sujetos, según información preliminar de las autoridades, dispararon con fusiles calibre 5,56 hacia el conjunto donde se encontraban los objetivos: Rafael Julio Vega Cuello y sus hijos Ray Jesús y Ronald Iván Vega Daza, quienes resultaron muertos de manera instantánea. Roberto Carlos, otro hijo de Vega Cuello, resultó herido.

EL HERALDO conoció más pistas del crimen. En la escena de la masacre, las autoridades encontraron objetos que habrían dejado los criminales: un celular y otro fusil calibre 5,56, un arma de largo alcance que le permitió a los sicarios cometer el triple homicidio desde el techo de la bodega que habían arrendado durante 10 días. Todo para que desde ese punto tuvieran el panorama completo de los integrantes de la familia Vega Daza, quienes se encontraban departiendo en el jardín de una casa que habían arrendado por varios meses.