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Seis años ha pasado la familia de Daisy Candelaria Vergara Guzmán a la espera de justicia. Son seis años también en los que sus tres hijos no han podido borrar de sus mentes el cruel ataque que sufrió la enfermera en una parada de bus, en el barrio La Ceiba, en el sur de Barranquilla.

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Además, son seis años en los que el responsable de esta historia de violencia contra las mujeres, que se repite por toda Colombia, no ha sido condenado por el crimen pese a haber sido capturado con el revólver en la mano. Y ahora, para aumentar su dolor, para abrir más su herida sin cicatrizar, se enteran de que está libre.

Alberto Luis Redondo Zarco, de 62 años, fue dejado en libertad por vencimiento de términos para el juicio, con el compromiso de presentarse a la audiencia cuando se fije una fecha. Hoy podría estar en cualquier lugar del país o fuera de este, todo debido a la inoperancia del sistema judicial y a la habilidad de su abogado.

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Las cifras de feminicidios en Colombia son alarmantes, solo en el Día de la Madre pasado fueron asesinadas cuatro mujeres a manos de sus compañeros sentimentales. Mientras la sociedad se encuentra alarmada por estos casos y reclama acciones contundentes para frenar la violencia de género, la familia de Daisy Vergara teme que el homicida se salga con la suya. 

La enfermera fue asesinada el 10 de febrero de 2017, según las investigaciones, por el hombre con el que convivió durante 17 años. La reconstrucción de los hechos de ese día indica que Redondo Zarco esperó a que se bajara del bus en el que regresaba de su trabajo, en la Cordialidad con carrera 11, y le disparó cuatro veces luego de una corta discusión. El motivo, el de siempre: después de casi dos décadas de una relación traumática, Daisy había tomado la decisión de separarse definitivamente. Una semana después fue asesinada.

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