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En la tarde del 25 de diciembre, Rodolfo Arrázola Flórez, de 61 años, salió de su casa ubicada en el barrio San Isidro, de Barranquilla, con rumbo a la casa de sus hermanos, la cual se encuentra en el municipio de Malambo. Se despidió de su esposa y de sus hijos; sin embargo, ellos nunca imaginaron que él no regresaría con vida.