Todo comenzó el pasado 23 de julio. Sábado en la tarde. En el momento que asesinaron a Willington José Hernández Borja en el barrio Ciudadela Metropolitana, de Soledad, ‘los Rastrojos Costeños’ no habían realizado llamadas extorsivas en contra de la empresa en la que él trabajaba como conductor: Cootrab. Por ello las primeras versiones manejadas por la Policía descartaron el móvil de extorsión.
Al lunes siguiente comenzaron las comunicaciones intimidatorias en contra de Coolitoral y su aliado. Sin embargo, para la fuerza pública todo resultaba extraño, pues esta manera de operar no era natural de dicha banda criminal, por lo que los investigadores habrían asumido que lo que buscaban las filas de alias Negro Ober era ‘pescar en río revuelto’, atribuyéndose el asesinato de Hernández Borja.
Ese mismo 25 de julio en la tarde, José Del Carmen Hernández Padilla, de 54 años, chofer de la mencionada compañía, fue acribillado a bala cuando se movilizaba por la vía Cordialidad, a la altura de Las Gardenias.
En ambos hechos, cámaras de seguridad registraron a los pistoleros. Con el material los investigadores descubrieron que en los dos casos habían utilizado la misma moto, la cual fue hallada en Villa San Pedro el martes posterior (26 de julio).