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Del seno de un hogar a un escenario de guerra. Esto ocurre con menores de edad residentes en Barranquilla y su área metropolitana, y se ventiló recientemente en una sesión del Concejo Distrital a través de una alerta emitida por miembros de la Mesa de Víctimas del Atlántico, acerca del reclutamiento de niños, niñas y adolescentes a bandas criminales, una problemática oculta y que muy pocos se atreven a hablar o a denunciar por miedo o temor a ser 'callados'.

Pero los menores no van a parar a la selva, como se tiene en el imaginario colectivo, sino se mantienen en la propia urbe, a donde grupos armados trasladaron desde hace algún tiempo la guerra y, para ampliar y engrosar su pie de fuerza terminan vinculando a los menores.

Sobre esta denuncia, David García, uno de los coordinadores de la Mesa de Participación Efectiva de las Víctimas en Atlántico e integrante de la lista de desplazamiento forzado, explica que el reclutamiento de menores es una 'situación aberrante' del conflicto armado, que desde la pandemia se ha venido incrementando por la deserción escolar. 'Grupos aprovechan la vulnerabilidad de los niños y niñas, para encarrilarlos al camino de la guerra', añade.

Precisa que en los últimos meses han obtenido más denuncias sobre estas prácticas en los llamados sectores de 'viviendas gratis', como los conjuntos residenciales de Las Gardenias y Villa La Cordialidad, ambos en la localidad Metropolitana.