Los cuatro delincuentes que intentaron atracar una compraventa eran inexpertos o tuvieron la suerte negra que le achacan al martes 13. Parecía que tenían todo planeado: un campanero, dos más en una moto y un cuarto con un arma de fuego por si era necesario defenderse, pero nada les funcionó.
Un local de empeños que queda en la carrera 27 entre la Avenida Murillo y la calle 46 era el objetivo de la banda de asaltantes. Cuentan testigos que a eso de la una y 15 de este martes, dos de ellos llegaron al lugar.
Uno se puso muy cerca de la vitrina mientras el otro se quedó a unos cuantos metros. Cuando analizaron que todo era seguro, llamaron a los de la moto. El parrillero se bajó con una ‘mona’, el pesado martillo que usan para partir concreto.