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Dejar la casa es 'una práctica' que utilizan algunos adolescentes para, en algunos casos, 'escapar' de sus problemas o con la intención de 'cambiar el estilo de vida' que llevan al lado de sus padres o cuidadores. Los menores lo hacen sin detenerse a mirar los riesgos que corren de caer en organizaciones al margen de la ley o en redes de trata de personas.

También se dan casos en que los menores son robados por redes de tráfico de personas que los 'negocian' para explotarlos sexualmente y laboralmente, vender sus órganos o ponerlos en el mercado ilegal de adopción.

Según las autoridades, estas redes estudian los movimientos de las familias, especialmente, en las zonas vulnerables. Atraen a los menores con falsas promesas de una mejor calidad de vida, un empleo con buenas ganancias o con regalos.

Justo en las últimas semanas, a través de la línea Wasapea a EL HERALDO enviaron mensajes de cuatro menores desaparecidos, dos de ellos en el municipio de Soledad; sin embargo, sus familiares reportaron horas después el regreso a casa de los adolescentes.

Entre las decenas de vivencias que han sido investigadas por las autoridades está el caso de Lucía* (nombre cambiado), quien a los 17 años decidió que no quería vivir bajo el mismo techo de sus padres porque recibía malos tratos y era la que tenía que encargarse de la limpieza de su casa.

Por esta razón, tomó la decisión de sacar poco a poco su ropa y demás pertenencias de su casa hasta que sin pensar se fue.

Cuando esto ocurrió se encontraba cursando los primeros semestre de Contaduría, carrera que era pagada por el programa del Gobierno nacional ‘Ser Pilo Paga’, el cual le cubría el 100% de su carrera y, además, le brindaba un apoyo de sostenimiento durante todo el periodo de estudios.

Hoy en día, con 23 años de edad, graduada de su carrera y viviendo de ella, asegura no arrepentirse de la decisión que tomó cuando era solo una joven; sin embargo, señala sentirse afortunada ya que no todos las personas que toman una decisión así corren con la misma suerte, sino que terminan viviendo una vida con limitaciones, en la calle y con padecimientos, por lo que regresan a casa.