Los actos sicariales en Barranquilla no dan tregua. Esta vez, los habitantes del barrio San Isidro presenciaron cómo dos sujetos a bordo de una motocicleta acabaron con la vida de Adolfo Antonio Rodríguez Soto, de 42 años, quien se encontraba sentado en la terraza de su vivienda ubicada en la calle 51 con carrera 29, del mencionado sector.
Según el reporte de la Policía, la víctima recibió cuatro impactos de bala, pero los habitantes del barrio aseguraron que fueron más los disparos, debido a que en la zona no había luz en la calle, por lo que ellos dijeron que las detonaciones 'se escucharon fuerte'.
'Como llevamos dos días sin luz los vecinos nos encerrábamos temprano y apenas escuchamos los disparos toda la gente salió a la calle para ver qué era lo que pasaba. Al salir, nos dimos cuenta que un hombre estaba tirado en la terraza de una casa y entre los que estaban en ese momento prendieron los celulares para alumbrar y ahí enseguida trataron de socorrerlo dándole los primeros auxilios, pero ya ese muchacho se veía que estaba muerto', relató un habitante del barrio que no quiso dar su identidad.
Rodríguez Soto perdió la vida en el lugar, no bastó la reanimación que le hizo una persona que presenció la escena del crimen. La comunidad se quedó enmudecida y los pistoleros lograron su cometido.
'Eso apenas sonaron los disparos enseguida arrancó la moto, todos escuchamos cuando la aceleraron, pero nadie se dio cuenta para dónde cogieron esos tipos. Al rato fue que llegó la Policía para hacer eso del levantamiento', añadió el morador.
Por su parte, la familia se refirió al ataque a bala que sufrió su ser querido y dijeron que todo sucedió 'en un abrir y cerrar de ojos'.
'Estábamos sin luz cuando él llegó, dejó su bicicleta y se sentó en la terraza a coger aire. Ahí fue cuando llegaron los tipos y ocurrió el crimen', aseguró un familiar de la víctima.
El allegado afirmó que no sabía acerca de una amenaza o problema que hubiese tenido Antonio y, además, dijo que la Policía Judicial hizo 'un mal procedimiento' al momento del levantamiento del cadáver.
'Los uniformados llegaron e hicieron un mal procesamiento porque no nos dejaron sacar el cuerpo hacia afuera y todo lo hicimos debido a que todo estaba oscuro, además, ellos entraron a la casa para registrarla, se metieron a los cuartos, baños, cocina, yo no entendía. Ellos quizá creyeron que aquí hacemos algo ilegal, cuando no es así, ni siquiera', concluyó el pariente, en medio de lágrimas y desolación.
Las autoridades afirmaron que el asesinado no presenta anotaciones judiciales y que se encuentran tras la pista de los presuntos pistoleros, los cuales cometieron el crimen a bordo de una motocicleta de color azul y marca Pulsar.
Rodríguez Soto dejó dos hijos y según su familia trabajaba en su bicicleta haciendo mandados a personas conocidas.