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El pasado miércoles el rescate de un hombre que estuvo secuestrado, durante 7 días en la guajira venezolana, dejó al descubierto otra situación que estaría ocurriendo en los 65 pasos no formales (trochas) detectados por las autoridades a lo largo de los 403 kilómetros de línea fronteriza entre ambos países.

Se trata de grupos irregulares, que –además del contrabando de armas, gasolinas, alimentos y drogas– estarían dedicados al tráfico de personas cuyo fin último es la venta de órganos humanos.

El hombre rescatado le contó a voceros castrenses, según funcionarios militares del vecino país, que salió de la ciudad de Cabimas (estado Zulia) con la intención de llegar a Colombia, pasando por trochas, pero fue víctima 'de grupos irregulares que operan en la frontera y que se dedican a la trata de personas, para la venta de órganos humanos'.

'La víctima había aceptado viajar por esos pasos fronterizos ilegales, pero cayó en la trampa de quien le dijo que lo llevaría hasta el vecino país', detalló uno de los voceros del organismo de seguridad de esa jurisdicción venezolana.

Durante el operativo resultó detenido Antonio Olivares Navas, quien le habría ofrecido al rescatado 'la oferta de viaje hacia Colombia, utilizando vías alternas'.

'Olivares se dedicaba a ofertar el servicio de viajes y traslados por vías alternas hacia el vecino país, para captar las víctimas y luego negociarlas a los grupos irregulares generadores de violencia', señaló el vocero.