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La terraza de la miscelánea La Pomposa se había convertido, en la tarde de este miércoles, en un palco para los vecinos del barrio San Roque. No porque a esa hora estuviese pasando por la calle 35 con carrera 33 un desfile de carnaval, sino, más bien, porque estaba justo en frente del lugar en el que había muerto misteriosamente Armando Salas Senior, a quien todos conocían como ‘el Padre’.

La pared de la vivienda era de un blanco bastante desgastado y las letras ya estaban cerca de desaparecer. Aún así, se podía leer la escritura que estaba justo al lado de la puerta: 'Comunidad cristiana Salvación y Alabanza'. Incluso se veía el croquis de donde antes había estado pintado la imagen de un hombre con los brazos abiertos mirando al cielo, como si despidiera al ‘Padre’ Salas.

Patrulleros de la Policía e investigadores de la Sijín entraban y salían de la vivienda, azotando cada vez la puerta café; la misma que media hora antes le hizo sentir a Nelson Torres que debía entrar a la casa para ver por qué Armando no aparecía.

'Yo tengo 37 años de conocerlo y estos días le estuve haciendo trabajos de electricidad, le ayudo a barrer y le echo la comida a sus 15 perros. Yo le dije que venía como a las 9:30 de la mañana para ponerle unos reflectores en el patio y él me dijo que me dejaba la llave en la tienda, pero la llave no estaba. Entonces, me asomé y la reja tenía candado, pero la puerta estaba abierta', relató Torres a EL HERALDO.

En ese momento, ‘Patri’, la mujer que atendía la chaza ubicada en la terraza del ‘Padre’, estaba en su casa descansando. Se había ido a acostar a las 3:30 de la madrugada de este miércoles, esperando que Salas regresara a su casa.

Sin saberlo, ‘Patri’ había sido la última persona en ver con vida al profesor pensionado y sacerdote ocasional, quien había estado en un centro médico entre las 2:00 y las 3:00 de la madrugada, aquejado por un fuerte dolor en un brazo.