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El miércoles 18 de diciembre de 2019 fue un día, literalmente, fatal para la familia Ortega Villa; pues en esa fresca y nublada mañana barranquillera recibieron la noticia de que la hija mayor de la casa, Madelayne Sofía, había sido hallada muerta en el interior de la sede Centro de la Universidad del Atlántico.

El cuerpo de la estudiante de Derecho de 17 años estaba sobre un lago de sangre, al pie de la escalera del bloque en el que —antes del paro estudiantil y toma de la sede— dictaban cursos de idiomas. Allí había estado durante los 18 días previos a su muerte.

Tras la inspección de la escena por parte del CTI de la Fiscalía y el levantamiento del cadáver en la Clínica San Diego —a donde fue llevada en un débil intento de salvarle la vida—; las autoridades determinaron que se trataba de una muerte violenta, pero que no había muchos indicios de las condiciones en las que se produjo el deceso de la joven. Hoy, a cinco meses del hallazgo de su cuerpo, esto sigue siendo una incógnita.

De acuerdo con Roberto Ortega, padre de Madelayne, desde febrero no sabe nada del avance de la investigación por la muerte de su hija, de quien asegura fue asesinada.

Para él, las promesas de la Fiscalía de hacer más pruebas que les permitieran determinar si se trataba de un homicidio, un suicidio o una muerte accidental, quedaron en el aire y, hoy, lo único que tiene certero es el dolor que le ha dejado la pérdida de Made, como le decían de cariño.

'Ya son cinco meses y aún no hay nada concreto de qué fue lo que sucedió, por ende, ningún capturado. La gobernadora (Elsa Noguera) y el rector de la Universidad del Atlántico (Jorge Restrepo) prometieron ayudarnos en el caso, pero hasta el momento nadie se ha manifestado', dijo este lunes Ortega a EL HERALDO.

Explicó que la última información que tuvo sobre el caso fue 'que estaban a la espera de unos resultados y que iban a hacer más pruebas', pero desconoce en qué quedaron esos compromisos. A lo que se refirió Ortega es al anuncio de la Fiscalía Seccional Atlántico de que se solicitarían 'exámenes técnicos científicos de mayor calidad', conforme a los resultados finales de la necropsia realizada por Medicina Legal.

'Mientras avanza la recolección de pruebas, se cuenta con información importante gracias a la colaboración de amigos y familiares de la menor', aseguró el ente investigador, indicando que había un grupo de fiscales e investigadores del CTI se dedicaban de manera exclusiva al caso, pero que se abstenían de dar más información por tratarse de una menor de edad víctima. Esto fue en febrero.

Más pruebas, pero sin conclusiones

En su momento, EL HERALDO conoció que ya había resultados concluyentes de la necropsia y que serían referentes al estado en el que se encontraba Madelayne al momento de su muerte, pero Medicina Legal envió muestras a Bucaramanga (Santander) para ser analizadas nuevamente y confirmar lo que reveló la primera necropsia. Para entonces, ya se conocía que el cuerpo de la joven presentaba marcas de dedos en los brazos, pero no se había determinado si habían sido previas o posteriores a la muerte.

Tras tres meses más de incertidumbre, Roberto Ortega dijo que no sabe cual fue el resultado de aquellas pruebas, que hasta el momento ni él, ni la madre de Madelayne, conocen la información que contenía el celular de la joven y que la Fiscalía trataba de extraer, y mucho menos hay un responsable por la muerte de su hija.

'No sabemos nada del celular, nos dijeron que no lo habían podido desbloquear. Tampoco sabemos de las personas interrogadas, ni si el físico que iba a reconstruir la escena ya lo hizo; además, todo esto del COVID-19 ha hecho más difícil el seguir insistiendo', manifestó Ortega.

EL HERALDO consultó a la Fiscalía Seccional Atlántico para conocer información sobre el proceso y, de manera extraoficial, una fuente aseguró que siguen pendientes algunas diligencias de declaraciones de amigos y allegados a Madelayne, y confirmaron que aún no hay resultados del análisis del celular de la joven, el cual está en manos de autoridades competentes en Bogotá. Cabe destacar que dichos análisis e interrogatorios estarían relacionados con la autopsia psicológica que la Fiscalía solicitó para determinar si la muerte fue voluntaria o involuntaria.

Mientras tanto, Roberto Ortega dijo que lo único que pide hoy, al cumplirse cinco meses de la muerte de su hija, es celeridad en el caso 'y que le hagan frente a la situación'.

'No hay palabras para describir lo difícil que ha sido no tener a mi hija. Saber que todos sus proyectos y metas fueron arrebatados me llenan de mucha rabia. Más me duele saber que, siendo una mujer menor de edad, la Justicia sea tan indiferente a esta situación, mientras los responsables se pasean como si nada', concluyó.