Además de la tradicional pinta negra, normal en los cortejos fúnebres, la despedida de Miguel Ángel y David Elías, y su padre Yoni Herrera, tuvo una particularidad: tapabocas.
La gran mayoría de las casi 40 personas que acompañaban a los tres miembros de la misma familia estaban usando este elemento que por estos días se ha vuelto tan indispensable como escaso en las diferentes farmacias de la ciudad.
La marcha partió desde las 2:30 de la tarde desde el barrio Nueva Colombia, donde padre e hijos estaban siendo velados en la sala de la modesta casa de los Herrera, ubicada en la calle 75A No. 22B-75.
Hasta antes de mediodía de este domingo era incierto el rumbo que tendrían los tres cuerpos, puesto que Diana Herrera, hermana e hija de las víctimas, no tenía los recursos suficientes para poder lograr un espacio en el terreno del cementerio Calan Cala.