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Una noticia que desde hace mucho tiempo estaban esperando los comerciantes de Barranquilla, especialmente quienes tienen negocios en el suroriente de la ciudad, entregó este sábado el director nacional del Gaula de la Policía, general Fernando Murillo: la desarticulación del grupo ‘Los de San Roque’, 'la célula delincuencial más temeraria al servicio de la banda criminal Los Costeños'.

De acuerdo con las autoridades, ‘Los de San Roque’ trabajaban como cobradores y asesinos a sueldo al servicio de ‘Los Costeños’, encabezada por Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, y Digno Palomino, quienes actualmente están presos en Venezuela, pero siguen ordenando extorsiones desde sus lugares de reclusión, según informó el general Murillo.

El alto oficial explicó que ‘Los de San Roque’ tenían atemorizados a dueños y trabajadores de establecimientos comerciales de barrios como Montes, San Roque, Rebolo, Chiquinquirá, la Plaza de San Nicolás y sus alrededores. Asimismo, dijo en rueda de prensa que las capturas que permitieron desmantelar la banda se realizaron en dos tandas.

La primera parte ocurrió antes del asesinato del tendero Gerardo Reyes Vega, de 58 años, quien fue baleado el pasado lunes de Carnaval en el barrio San Roque porque, según sus familiares, se negó a pagar las extorsiones de la banda y los delató ante la Policía. 

La ‘cuota de vigilancia’

En sus declaraciones, el general Fernando Murillo confirmó que con base en la denuncia de Reyes Vega se estableció, en primer momento, que ‘Los de San Roque’ empezaron a delinquir en Barranquilla en enero de 2019.

Su forma de operar consistía en visitar los negocios y entregar panfletos escritos a mano en los cuales aseguraban que iban de parte del comandante José Guerra, de ‘Los Costeños’ y amenazaban con 'ajusticiar a punta de plomo' a quien no atendiera sus exigencias.

Los delincuentes prometían brindar seguridad a tenderos y comerciantes con una matrícula de $5 millones y una cuota semanal de entre $50 mil y $100 mil, dependiendo del negocio.

Con esta información, el viernes antes de Carnaval el Gaula capturó a alias JJ, jefe de la banda y encargado de ordenar y coordinar el pago de las extorsiones mediante llamadas telefónicas, quien declaraba 'objetivo militar' a todo aquel que no cediera a sus amenazas y 'habría participado personalmente en varios homicidios', de acuerdo con lo dicho por el general Fernando Murillo.

En ese primer operativo también detuvieron a alias Jasser, sicario de la banda y encargado de matar o herir a quienes se negaban a pagar. A ‘Jasser’ la Policía le atribuye los atentados ocurridos en enero pasado en dos tiendas de San Roque, cuyos dueños recibieron cada uno un disparo en el hombro derecho.