La voz que salía del intercomunicador era fría y distante, pero fue suficiente para comprobar que el homicida de Clarena Acosta estaba allí.
–Buenas tardes, ¿se encuentra el señor Samuel Viñas?
–¿De parte de quién?
–Dígale que una periodista de EL HERALDO, por favor.
Hubo silencio.
–Buenas, acá hay una periodista del HERALDO buscando al señor Samuel Viñas –preguntó al teléfono sin soltar el botón que transmitía por el intercomunicador–… Ah, bueno, listo. –Se acercó más al micrófono y continuó, ahora hacia quien esperaba al otro lado del citófono– Dice la señora que no.
–¿No se encuentra o le ordenaron que no respondiera?
–Me ordenaron que no respondiera. Que no.
En ese momento, las dudas se disiparon y quedó confirmado que un juez de la República le había concedido a Samuel Enrique Viñas Abohomor el beneficio de detención domiciliaria por la condena a 42 años y nueve meses de prisión que le habían dado en 2012, dos años después de haber asesinado a disparos a su esposa el 1 de enero de 2010.