Jeison Chica, ‘Niño Buitre’ y el ‘sr Miami’. Esos son nombres de personas que Gimy José Chapman Peñaloza recuerda con gratitud durante su paso por la cárcel Modelo de Barranquilla.
Ellos le 'tendieron la mano', lo 'protegieron' y lo 'ayudaron' durante los siete meses que permaneció en el centro carcelario luego de haber sido señalado como el determinador del crimen de María José Ortega Ballestas, de 6 años.
'Yo les agradezco mucho, siempre me animaron, nunca me trataron mal ni me tocaron allá en la cárcel. Me decían que yo iba a salir libre', contó el hombre que recobró la libertad en la tarde del martes.
Esas personas son lo 'único rescatable' de la experiencia que le tocó vivir al padre de tres hijas que se ganaba la vida como chatarrero y que fue inculpado por su sobrino de 16 años, confeso asesino de la pequeña niña, como cómplice del macabro crimen.
Con algunos kilos de más, vestido de guayabera beige, pantalón negro y zapatos a juego, desde la sala de su casa Gimy Chapman recordó aquel domingo 19 de mayo cuando agentes se lo llevaron sin saber por qué.
Domingo nefasto
'Yo me levanté como a las 3 de la madrugada porque escuché bulla a las afueras de la casa y me asomé y vi que estaba la policía, había ingresado al patio de la casa, y estaban buscando algo, pero hasta ese momento no tenía ni idea qué pasaba. Yo abrí la puerta, mi esposa los dejó pasar y ellos me hablan de la niña y me dice que tengo que acompañarlos a la UCJ. Yo me cambié y me subí con ellos en la camioneta. Allá me interrogaron y como a las 8 de la mañana me dejaron salir, cuando regresé a casa que me disponía a montarme en la moto para irme a trabajar, me cayeron varios agentes apuntándome con armas diciendo que estaba capturado porque había mandado a matar a Majo', contó Gimy.
Desde ese momento empezó el viacrucis para este hombre natural del corregimiento Yucal, en Bolívar, quien fue acusado de haber pagado a su sobrino de 16 años para que matara a la niña por una supuesta deuda familiar.
'Ese niño yo lo recibí desde los 12 años en mi casa, su mamá me lo mandó para ver si se ajuiciaba y yo lo recibí y lo puse en el colegio. Yo siempre le llamaba la atención porque por aquí por el barrio siempre hacía de las suyas y a mí me iban a poner las quejas', recordó Chapman.
El día anterior a su captura –dice Gimy– María José había estado en su casa jugando, como 'siempre solía hacer'.
'Ella era muy apegada a mi familia, se la pasaba siempre allá con mis hijas, mi esposa siempre le regalaba que si un helado o algo. Ese día yo estaba tomándome unas cervezas con un vecino y ella estaba allá con su tía y otra niñita. Ya como a las 6 no la vi más, yo me acosté como a las 8 y ya después fue que me enteré de lo que había pasado', contó el hombre entre lágrimas.
Un poco de temor
Aunque añoraba su libertad, una buena cama para dormir y el calor de su hogar, la primera noche tras las rejas no fue un remanso de paz. Fantasmas del pasado atormentaron su descanso y casi no logró conciliar el sueño.
'Me da miedo porque aunque se demostró que soy inocente, mi familia y la familia de Majo lo saben, temo que algún loco resentido que no sepa bien cómo es la situación me quiera hacer daño, me da miedo salir a la calle o que vinieran a mi casa a hacerme algún daño', comentó.
Gimy dice que 'no sabe' qué será de su futuro tras el proceso que enfrentó.
'Quiero esperar que todo esto se calme. Por lo pronto mis hijas empezaron a trabajar, mi esposa también se rebusca y así estamos'.
La situación jurídica de Gimy Chapman está resuelta. Su nombre fue absuelto de todo el proceso por la muerte de la menor y hasta el momento el único que ha sido judicializado es el joven de 16 años, quien permanece en un centro para menores.