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Cuando a Greis Bielostozky le dijeron que habían matado a su hermano, no podía creerlo, pero su corazón no la hizo pensar mucho y de inmediato corrió hasta el lugar a donde había ocurrido el crimen. Al llegar, verificó que el hombre que se encontraba en el piso y sin vida en efecto era Kevin Bielostozky Cera.

El pasado cuatro de diciembre fue la última vez que Greis había hablado con su hermano. Fue el día del cumpleaños número 28 de él. Recuerda que ese día no hicieron una gran fiesta, pero fue la oportunidad perfecta para que la familia estuviera unida. Kevin no paró de reír, de disfrutar de sus familiares y contar anécdotas. 'Era muy apegado a la familia, muy de la casa, él ni siquiera salía a tomar', detalló la joven.

Lo único que interrumpía la vida familiar de Kevin era su trabajo como celador, en el que se desempeñaba desde hacía un año luego de pasar varios meses sin conseguir cómo ganarse la vida.

'Él nunca consiguió un trabajo diferente. Eso no era lo de él, pero un compañero del barrio le recomendó ese trabajo y como no había más, empezó ahí, pero él no quería ser vigilante, quería trabajar en aduanas', expresó Greis.

El crimen. Eran aproximadamente las cinco de la mañana del lunes cuando los habitantes de la calle 48 con carrera 15, barrio Normandía, salieron a la calle alertados por cuatro detonaciones. Fueron ellos los que vieron el cuerpo sin vida de Kevin: su torso estaba sobre la acera, pero sus piernas quedaron prácticamente en el pavimento. Tenía la chaqueta que lo distinguía como el celador de la cuadra. La noticia voló rápidamente y en pocos minutos el lugar se llenó de curiosos.

Fueron dos hombres en moto quienes dispararon contra el muchacho que en ese momento completaba su segundo turno consecutivo de guardia. 'Ese día él no quería trabajar, de pronto fue porque le tocó doblarse. Había trabajado todo el día y toda la noche', explicó la hermana. Le dieron, según la Policía, cuatro balazos que le causaron la muerte inmediatamente.

Los familiares del joven fueron rápidos y llegaron al lugar antes de que los de criminalística de la Policía Judicial hicieran la inspección del cuerpo. Ellos pudieron ver toda la diligencia. 'Nosotros vivimos en Villa Adela, pero un conocido nos avisó y enseguida fuimos para allá', dijo Greis.

Investigan

Tan pronto se conoció el asesinato, la Sijin dispuso de un grupo de investigadores que inicialmente se dieron cuenta de que la víctima no tenía ningún tipo de amenazas, o por lo menos no había denunciado. También que no existen registros de procesos o anotaciones judiciales en su contra.

La única información que tienen los encargados del caso son declaraciones de vecinos y de compañeros de Kevin, quienes no hicieron más que resaltar su buen trabajo y su espíritu de colaboración. Pero también precisaron que creen que el homicidio sea una venganza, no contra el muchacho sino contra los celadores en general.

'Hace poco más de un mes ocurrió un homicidio y los familiares de esa víctima aseguran que quien lo mató fue un guardia. No podemos descartar, pero tampoco afirmar que este sea un caso de venganza por ese homicidio', manifestó un investigador.

Buen muchacho

Este martes en la tarde, los familiares de Kevin aun esperaban que entregaran su cuerpo en Medicina Legal, pero las labores de identificación plena retrasaron un poco la entrega. En medio de su dolor, Greis visitó la redacción de EL HERALDO para dejar claro quién era su hermano.

'Mi hermano no era ningún delincuente y no tenía cuentas pendientes con nadie. Era una buena persona, en el barrio (Villa Adela) y donde trabajaba (Normandía) lo querían mucho porque era muy colaborador'; dijo Greis.

Kevin no era casado y tampoco dejó hijos, sin embargo, vivía en unión libre y trataba de mantener su hogar con lo que se ganaba en su trabajo.