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Mientras caminaba hacia la penumbra de una trocha en la vía a Juan Mina, Vladimir De Jesús Cera García tenía miedo. Lloraba y hacía frío, pero seguía caminando hacia el monte porque le apuntaban a la espalda con un arma de fuego. Lo hacía por sus cinco hijos, también por sus padres y por sí mismo.

Así lo aseguró el hombre de 34 años en entrevista con EL HERALDO, mientras sostenía en sus manos la denuncia que había interpuesto en la Fiscalía contra un supuesto oficial de la Policía que, junto a dos hombres más, lo habría agredido sin razones aparentes.

Según Cera, que se dedica a vender tarjetas Sim al por mayor, los hechos ocurrieron en la noche del pasado miércoles 4 de diciembre.

'Estaba en la terraza de la casa cuando el policía y dos personas más de la Sijín llegaron en un carro de color rojo, marca Chevrolet, y con revolver en mano me agarran y me suben al carro', relató Cera García sobre los hechos que iniciaron a alrededor de las 8:20 de la noche en la vivienda ubicada en la carrera 14 B número 109-45, en el barrio Los Olivos.

Una hora más tarde, se encontraba gritando por ayuda en una carretera oscura, sin camisa, llorando y con un hilo de sangre corriéndole por la frente. Había perdido sus documentos de identidad y su celular había desaparecido junto con $1.290.000; pero lo que más le duele, afirmó, es haber perdido la tranquilidad.

'Cuando me subieron al carro me quitaron el suéter y me taparon la cara. Yo solo preguntaba que qué pasaba y me empezaron a dar golpes. Le dije que me llevara a la Sijín, pero dijo que me iba a llevar para donde él quisiera y me llevó a una trocha en Juan Mina, antes del CAI', continuó Cera García.

Allí, en el monte, lo habrían golpeado en repetidas ocasiones e incluso, según contó, lo intentaron ahorcar mientras el oficial que reconoció le preguntaba 'que cuáles eran los venezolanos que estaban detrás de él'.

'En ese momento le dije: te juro por mis hijos que no sé de qué me estás hablando; y me comenzó a golpear más con los demás. Después le dije: si me vas a matar, mátame, pero no me golpees; hasta que llegó un momento en el que no podía más y soltaron la cuerda', explicó, asegurando que uno de los hombres, a quien reconoció, le pedía una y otra vez que le desbloqueara el celular, pero él se negaba diciendo que solo lo haría si lo llevaban a la Sijín.

'Yo lo decía con tal de que me sacara de ahí, pero él se cegó. También me preguntaron que cuántos hermanos y cuántos hijos tenía, no sé por qué', afirmó.