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Nadie sabe a ciencia cierta qué le ocurrió a Carlos Alberto Charris Egea, quien terminó ahogado en una alberca de aguas negras dentro del relleno sanitario El Clavo, en jurisdicción del municipio de Palmar de Varela.

Desde las 9 de la mañana del martes, cuando inició sus labores como operario de una de las motobombas del relleno, sus compañeros de trabajo no lo veían; sin embargo, extrañaron su presencia a las 12:30 del mediodía, hora en la que se reunía a comer el almuerzo.

Por esta razón decidieron ir a dar un vistazo a la zona donde este estaba y encontraron sus pertenencias a un lado de las piscinas donde se albergan las aguas negras, que se obtienen tras la compactación de las basuras que recoge la empresa Interaseo, por lo que pensaron lo peor y no se equivocaron.

Los demás operarios dieron aviso a sus superiores por lo que se dio la orden de vaciar el agua de la piscina y allí en el fondo encontraron el cuerpo del hombre de 47 años.

De inmediato dieron aviso a los organismos de socorro como Bomberos y Defensa Civil para que procedieran a realizar el rescate del cuerpo que ya había sido orillado por los compañeros de labores de Charris Egea.

La víctima presentaba cierta rigidez en su cuerpo por lo que se presume que tenía varias horas de haber caído en las aguas negras. Vestía el uniforme verde marcado con el código 02-19 y su rostro tenía un expresión confusa con los ojos entreabiertos y una especie de sonrisa. Aunque el reporte entregado por la Policía del Atlántico indica que el hombre murió por inmersión, su familia no se explica cómo pudo caer en las aguas, siendo que ese era su oficio desde hacía más de diez años.

Jaime Charris, padre de Carlos Alberto, señaló que la zona donde este laboraba estaba bastante retirada de donde solían estar el resto de sus compañeros.

'Tengo entendido que ese relleno está en lo último del pueblo, en un monte, donde estaba atendiendo una motobomba. Allí no hay laguna, ni lagos, ni el río. Lo encuentran ahogado en unas piscinas que recibe el agua cuando la basura la compactan', contó el hombre a las afueras de Medicina Legal donde adelantaba las diligencias para la entrega del cuerpo del mayor de sus hijos.

'Eso queda al fondo, está bastante apartado y él allá estaba solo, sin supervisión, por eso demoraron tanto en darse cuenta de lo que le había pasado. Si no es porque él no llega a almorzar ni se enteran de lo que le pasó', explicó.

Justamente Jaime Charris espera que sea el instituto forense quien determine cuál fue en sí la causa de la muerte del hombre.

Carlos Alberto Charris Egea residía en calle 8 No. 11-35, barrio El Pradito en Palmar de Varela junto a su pareja sentimental y sus hijos de 22, 12 y 8 años.