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'Ruegue a Dios que ojalá pueda conseguir esa plata prestada', fue la respuesta de Isabel, una tendera de Santa Marta, ante la exigencia económica hecha vía celular por un supuesto jefe del ‘Clan del Golfo’.

La angustia de la mujer se acrecentó con la respuesta de su interlocutor que se identificó con el alias de ‘John Jairo’.

'Siempre que usted me cumpla patrona, yo le cumplo, si no, va a tener que velar y sepultar a un familiar', la advirtió.

El hombre le lanzó entonces una nueva advertencia a su víctima:

'Tiene media hora para consignar'.

El sujeto le había exigido a la comerciante la suma de $10 millones, dinero que sería utilizado para la 'compra de unas cajas de municiones calibre 9 milímetros'. Sin embargo, el monto se redujo a $2 millones, según el delincuente 'en un gesto de generosidad'.

La instrucción dada a Isabel era que hiciera el depósito a través de una empresa de giros en Manizales, a nombre de una persona, para lo cual le suministraron nombre y número de su cédula.

Pero todo no termina ahí, el delincuente le informó a la comerciante que una vez retiraran el dinero de la oficina de giros, un intermediario de la organización la visitaría en el negocio de Santa Marta para entregarle un 'paz y salvo', con un 'código de movilidad' y una constancia, donde se certifica que pagó el 'impuesto de guerra', lo que no iba a suceder pues la plata ya estaría en las arcas de la banda.

Mientras los hombres desde el penal se comunicaban con sus potenciales víctimas haciéndoles la exigencia, afuera y a muchos kilómetros de distancia, en diferentes ciudades, una red de mujeres esperaban el aviso para retirar de la empresa de giros el dinero de la extorsión.

Tras ocho meses de seguimiento a las llamadas extorsivas, el Gaula Militar logró establecer que ‘Los Camaleón’, como se denomina la banda de delincuentes que operaba desde la cárcel de la Dorada (Caldas) cobraba el dinero a sus víctimas a través de sus esposas.

Valentina Jiménez Yepez, alias ‘Vale’; Laura Julieth Herrera Quintero, Diana Bermúdez Flórez, Laura Alejandra Ortega Monsalve y Yelitza Andrea Galezzo Henríquez, eran las cobradoras y cuyo centro de operación estaban en Manizales, Bucaramanga, Armenia, Medellín y Maicao, respectivamente.

Valentina, cabecilla o jefe de finanzas de la estructura en la zona rural y urbana, era la encargada de coordinar y ejecutar el cobro de las extorsiones depositadas por las víctimas a través de las empresas de giros. Fue capturada en la carrera 11 con calle 9 de Chinchiná, Caldas.

Laura Yulieth, fue capturada en la calle 31 con carrera 1, en plena vía pública, de Bucaramanga. Diana, en Armenia; Laura Alejandra, arrestada en Bello, Antioquia y Yelitza, aprehendida en Maicao, La Guajira.

Ocho meses de seguimiento

Por medio de labores técnicas, el Gaula de la Policía en el Magdalena, al mando el mayor Luis Linares Bejarano, logró hacerle seguimiento, no solo a esta llamada extorsiva, sino a otras que se hicieron a ciudadanos residentes en este departamento.