Luego de asistir a la audiencia de juicio oral que se adelanta en su contra por el delito de estafa masiva, el exteniente de la Policía Juan Carlos Agámez Pájaro fue recapturado por miembros del CTI de la Fiscalía y conducido hasta la Unidad de Reacción Inmediata, en el Centro de Barranquilla.
El exoficial se encontraba en libertad por vencimiento de términos desde julio de 2018 y ayer tenía previsto la diligencia en el Centro de Servicios Judiciales.
Agámez Pájaro es acusado junto su expareja Gina Margarita Ricardo Cantillo de estafar a 28 personas mediante supuestas ventas de casas en remate que nunca fueron entregadas. El monto de lo hurtado fue estimado por el ente investigador en $1.527 millones.
El expolicía fue capturado por medio de orden judicial a la salida del despacho del Juzgado Séptimo Penal del Circuito con Función de Conocimiento. Fuentes judiciales indicaron a EL HERALDO que la recaptura se debió a una revocatoria en segunda instancia de su libertad por vencimiento de términos.
A su expareja, Ricardo Cantillo, también le fue revocada su libertad por vencimiento de términos el 19 de octubre de 2018. Sin embargo, esta se encuentra prófuga de la justicia desde esta fecha en la que le fue ordenada su recaptura.
Juicio oral
Hasta el momento han declarado cuatro de los 28 testigos acreditados por la Fiscalía contra los procesados por los delitos de estafa agravada en masa, captación masiva y habitual de dinero, falsedad material en documento público y privado, y por último, concierto para delinquir.
'En 2015, ella nos dio un contrato con la firma Cazadores Inmobiliarios, nos adjuntó una fotocopia; al pedirle el contrato original me dijo que después me lo entregaba, yo no fui a la notaría ni a ninguna parte por confiar en la buena fe de todos ellos; ella nos decía que nos tranquilizáramos que las casas nos las iban a entregar y pasaron muchos meses y nos respondía con evasivas', explicó en declaración juramentada una de las cuatro víctimas que declararon en contra de la pareja en lo que va del proceso.
Al final del juicio, el togado deberá definir la responsabilidad de los procesados y deberá dar un fallo absolutorio o condenatorio, dependiendo de la credibilidad que este dé a las pruebas y testigos presentados por Fiscalía y los abogados defensores.
El caso
Juan Carlos Agámez y su expareja Ginna Ricardo Cantillo, según la Fiscalía, estafaron a 28 personas con la venta de supuestas casas en remate que nunca entregaron.
Los dos fueron capturados en agosto de 2017.
Según la Fiscalía, Ginna Ricardo Cantillo, la representante legal de Casadores Inmobiliarios S.A.S., Ofrecía casas en remate para la venta y nunca las entregó.
Para eso, les solicitaba a sus víctimas dinero a cambio de 'concursar' por un remate de la vivienda ofrecida. Frente a ello, el ente investigador indicó que la mujer y el teniente de la Policía, quien era su pareja, se apoderaron de 1.200 millones de pesos.
La orden judicial contra la mujer fue diligenciada por los delitos de estafa agravada en masa, captación masiva y habitual de dinero, falsedad en documento privado, falsedad material en documento público y concierto para delinquir.
En un interrogatorio que rindió Ricardo Cantillo en su momento, aseguró que el teniente se encargaba del manejo de todos los dineros que ingresaban a la inmobiliaria.
'Juan Carlos Agámez Pájaro era el representante legal de la inmobiliaria y se encargaba de la parte de todos los ingresos de los dineros, manejaba las cuentas en una entidad bancaria a nombre de la empresa Casadores Inmobiliarios, yo elaboraba los contratos de gestión y mandato y por orden del representante legal Juan Carlos Agámez se los entregaba a las personas que acudían a la inmobiliaria a negociar con nosotros, él como representante legal sabía todo al respecto de los negocios que se realizaban dentro de la inmobiliaria', dijo Ginna Ricardo.
La plata no aparece
Afectados de la inmobiliaria señalaron a EL HERALDO que en repetidas oportunidades 'a lo largo del proceso, Gina Ricardo nos indicó ante los reclamos que devolvería el dinero invertido, sin embargo, no ha devuelto ni devolverá nada', puntualizó una de las víctimas que prefirió reservar su identidad por miedo a represalias.