Cabizbajo y sin musitar sílaba, con las manos cruzadas detrás y sujetas por un par de esposas, llegó a las 4:30 de la tarde de este jueves al Aeropuerto El Dorado, extraditado desde Venezuela, el tolimense Juan Carlos Sánchez Latorre, alias El Lobo Feroz, señalado de abusos sexuales y pornografía con al menos 276 niños del Caribe colombiano.
Una decena de agentes de la Dijín de la Policía y la Interpol escoltaron al sujeto, quién llegó con un atuendo penitenciario del vecino país, todo de color amarillo, y calzando unas sandalias con medias.
Viajeros del vuelo 1420 de Avior Airlines le dijeron a EL HERALDO que fue un trayecto cuanto menos incómodo al saber que volaban, incluso familias con niños, en la misma aeronave que transportaba extraditado a un supuesto violador en serie de menores de edad.
El Lobo Feroz fue ubicado por dos agentes de la Interpol en las últimas sillas del avión, cuyo itinerario sufrió dos retrasos, pues estaba programado inicialmente su arribo hacia la 1:50 de la tarde, pero fue pospuesto inicialmente para las 3:30 y, finalmente, llegó a suelo capitalino a las 4:30 después del meridiano.
Desde Venezuela las autoridades enviaban fotografías de Sánchez Latorre ataviado con un chaleco antibalas y encadenado antes de abordar el vuelo. Sin embargo, de El Dorado salió sin chaleco y sin cadenas, pero esposado.
Entre tanto, en Bogotá una decena de agentes de la Dijín e Interpol esperaban la llegada del extraditable, para el que tenían preparada una caravana de tres camionetas tipo 'van' con vidrios polarizados.
El Lobo Feroz fue conducido entre los asombrados espectadores del aeropuerto, quienes murmuraban, algunos, 'ojalá se pudra en la cárcel', mientras que otros registraban la imagen del barranquillero en sus teléfonos móviles y los medios hacían lo propio.
Cerca de las 5 de la tarde, Sánchez Latorre fue subido por los agentes a una de las camionetas policiales, la de la mitad, afuera de la puerta número 5 del Dorado, con destino a los calabozos de la Dijín, para esperar la judicialización que le espera por un prontuario de presuntos abusos sexuales infantiles nunca antes visto en el país.