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Un giro de 180 grados fue el que dio la vida de Liliana del Carmen Campos Puello. De niña tímida, temerosa y sobreprotegida que vivía en los barrios de los extramuros de esta capital, pasó a ser la más reconocida líder de una red de proxenetismo en sectores exclusivos de Cartagena.

La juventud de esta mujer de 40 años transcurrió en el barrio Blas de Lezo, suroccidente de esta capital, y se formó en la Institución Educativa Lourdes, ubicada en el Pie de la Popa. Es la segunda de cuatro hermanos y sus amigos de infancia solían decirle que su altura y porte son propias de una modelo. Era desde entonces recordada por ser una adolescente que llamaba la atención porque usaba el cabello corto y tenía un rostro ‘angelical’.

Corrían entonces los años 80. El mayor anhelo de los jóvenes del momento era viajar a los Estados Unidos con el fin de cumplir el ‘sueño americano’. Liliana junto con sus hermanos comenzaron a ver en el país del norte una alternativa para proyectar sus vidas y hacer crecer sus bienes y su patrimonio.

Lo último que se supo de Liliana Campos en Cartagena fue cuando se apareció delante de sus amigas con su cabello tinturado de fucsia y con una pinta con la que ya comenzaba a dar muestras de que su vida iba a cambiar. Comentó a sus amigos que lograría su objetivo yéndose 'de manera irregular' por México.

Regresa de EEUU

Una vez que retornó a Cartagena en el año 1990, se mudó a El Recreo, sector de estrato 5. Allí, junto a un miembro de la comunidad Lgbti y con los recursos suficientes, comenzaría un negocio que la llevó a convertirse en la reconocida líder de la 'red del proxenetismo'. De la inocente y timorata joven ya nada quedaba.

Serían los mismos vecinos del barrio los que la obligaron a salir al ver que esta zona residencial se estaba atiborrando de jovencitas que llegaban buscando opciones de trabajo, pero que eran explotadas sexualmente. Fue entonces cuando tomó la decisión de trasladarse a los sectores exclusivos y turísticos de la ciudad donde tal vez no despertaría las sospechas de las autoridades.

Durante su permanencia en suelo estadounidense, Liliana del Carmen, conocida además de ‘La Madame’ como ‘La Ronca’ o ‘Vara de caballo’, tuvo una relación con un ‘gringo’, de la que nacieron dos hijos. Uno de ellos le dio una nieta.

Cimientos de un imperio

 Desde Castillogrande comenzó a construir su imperio y los nexos de una red que la llevaron a constituirse en ‘La Madame’. Los contactos se extendieron a islas del Caribe como Bahamas, donde con catálogo en mano trasladaba a menores de edad a muchas de las fiestas sexuales que se realizaban en esta zona en los yates y embarcaciones con turistas extranjeros y colombianos.