Juan Carlos Sánchez Latorre, el llamado Lobo Feroz, negó cualquier vinculación con el abuso sexual de 276 niños, proceso por el cual es investigado por las autoridades colombianas y tiene un requerimiento de extradición vigente de la Interpol.
'Yo me quedo absorto', dijo durante una entrevista de cinco minutos concedida el pasado martes a un contacto de EL HERALDO en Venezuela desde El Rodeo II, la prisión ubicada en el estado Miranda, donde está recluido desde febrero de este año (ver video en nuestra página web).
Esta casa periodística publicó ayer en exclusiva unas fotografías sobre el actual aspecto del Lobo. Las imágenes fueron captadas minutos antes de la audiencia en la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela en la que se debía exponer sobre su extradición a Colombia.
Sánchez Latorre, de 38 años, sí reconoció haber sido procesado en el año 2008 en Barranquilla porque presuntamente abusó sexualmente de un muchacho que conoció en un centro comercial. Lo describió como un 'muchacho de esos que andan pidiendo en la calle'.
Por ello se lo llevaron preso y lo liberaron 'a los días', según su versión. 'No sabemos los motivos por qué lo hizo', dijo aludiendo a la denuncia del muchacho que lo llevó a la cárcel.
'A él le hicieron los exámenes forenses y no le apareció nada, no tenía ningún tipo de abuso', narró Sánchez Latorre. Concluido el juicio, su abogado le explicó que le dieron libertad total. 'A veces él no se presentaba en el juicio y en cada audiencia cambiaba la versión', recordó.
Al ser liberado, Sánchez Latorre mencionó que viajó a Venezuela 'porque en Colombia no conseguía trabajo'. Pero su complicación era que aparecía reseñado policialmente y le rechazaban las hojas de vida donde intentaba conseguir empleo. Al llegar a Venezuela trabajó en 'oficios varios'.
Y últimamente estaba laborando de vigilante en un estacionamiento de la capital del estado Zulia. Pero además había colocado un anuncio en un periódico ofreciendo sus servicios para reparar computadoras. Una mujer lo contactó para que le arreglara un equipo, pero cuando fue a llevárselo, ingresaron también dos funcionarios del Interpol y lo capturaron. 'Me dijeron que estaba detenido por notificación azul', recordó.
'Nunca violaría niños'
Pese a que el contacto venezolano le insistió sobre el tema de los abusos contra los 276 menores, Sánchez Latorre recalcó que 'nunca violaría a un niño'.
'Y cuando estuve en Interpol me habían dicho que eran 500 niños, que eran 3 mil videos, que cada video lo vendía yo entre 500 y 600 dólares', replicó. 'Me sacaron tantas cosas que yo quedé absorto; hasta ahora yo estoy sorprendido de lo que se me está acusando', acotó.
Habló sin tapujos del tema. Dijo que estando preso le llegaron comentarios de las numerosas publicaciones en medios de comunicación donde relataban su historia. Manifestó no tener idea de quién o quiénes le pusieron el apodo del Lobo Feroz. Refirió que a los 15 días de haber sido capturado por la Interpol fue que le dijeron el alias.
Sánchez Latorre es el mayor de tres hermanos. Estudio informática, pero muy poco ejerció la carrera. No tiene hijos. Durante los seis meses que lleva preso en Venezuela (primero en Maracaibo y luego en Caracas) ninguna autoridad colombiana lo ha visitado. 'Me gustaría saber por qué no han venido', reclamó al tiempo que solicitó ayuda para ser extraditado y 'arreglar mi situación jurídica'. Indicó que en El Rodeo se ha sentido 'resguardado', pero no ha podido comunicarse con sus familiares. 'Aquí tengo las tres comidas', apuntó.