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La juez 18 penal municipal con funciones de control de garantías decretó legal la captura de Kevin Samir López Mejía, señalado de asesinar a un hombre en la mañana del domingo en el norte de Barranquilla.

Las otras audiencias preliminares, de formulación de imputación de cargos y solicitud de medida de aseguramiento, fueron aplazadas hasta el jueves a las 2:30 PM. La razón del aplazamiento se debe a que se espera a que el abogado de confianza de López llegue desde Medellín.

Durante la diligencia, el fiscal 11 de la URI, Rodrigo Restrepo Reyes, argumentó que la aprehensión se realizó en flagrancia por parte de dos patrulleros de la Policía Metropolitana. 'Los agentes lo observan cuando le disparaba a la víctima, que ya estaba en el suelo, alrededor de varios niños', detalló el representante del ente acusador.

Juan de Dios Perdomo Bonilla, de 52 años, recibió siete impactos de bala en la carrera 53 con calle 94, cuando junto a su esposa, tres hijos, un sobrino y un jugador de fútbol que representaba, se dirigían a una iglesia que funciona en esa dirección. En el hecho también resultó lesionado su sobrino, de 14 años, quien ya se encuentra fuera de peligro.

La patrulla divisó lo ocurrido e inmediatamente comenzó la persecución en contra de Kevin Samir López Mejía. El joven, que vestía camiseta gris con pantaloneta negra, huyó hacia el Patinodromo, volándose una paredilla en el proceso.

Según el testimonio de los policiales, el indiciado de 26 años nacido en Chinacota, Norte de Santander, hizo 'dos o tres disparos' en contra de ellos en su escape.

No obstante, uno de los oficiales continuó el acecho. Al parecer, al presunto homicida se le encasquilló la pistola y con todavía 6 cartuchos en el proveedor no pudo disparar más con el arma que estaba dotada con un silenciador. Intentó seguir corriendo, volándose la pared para retornar a la acera; allí lo esperaba el otro patrullero.

Kevin López fue finalmente detenido a las 10:50, dos minutos después de haber, presuntamente, cometido el homicidio. Le fue incautado un morral en el que había más proveedores de balas 9 mm. Además un ciudadano entregó otra arma calibre 9mm que López presuntamente habría tirado en el piso durante la persecución.

El fiscal Restrepo manifestó que luego de que el supuesto sicario fuera desarmado, 'más de 10 personas, uno de ellos había llegado con la víctima, atacaron al capturado con objetos contundentes entre ellos raquetas', y que los agentes no pudieron detener la agresión y por esto lo llevaron al CAI más cercano para resguardarlo.

López fue trasladado a Medicina Legal en donde le fueron dados 10 días de incapacidad. Posteriormente fue llevado a la URI dónde se entrevistó con un abogado de oficio.

Le serán imputados los delitos de homicidio agravado, homicidio agravado tentado y porte ilegal de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Armadas. Este último se debe a la pistola Pietro Beretta con silenciador que presuntamente portaba.