Compartir:

José Gregorio Moreno está sentado en el bordillo de una casa, en una calle angosta del barrio La Chinita; llora y se tapa la cara con las manos sucias de pintura blanca y cemento. Se limpia los ojos hinchados. 'Al que mataron era mi hermano', responde.

Carlos Adolfo Moreno Eyes, de 30 años, fue asesinado a bala la noche del miércoles en la carrera 11 con calle 14. Según el reporte de la Policía, la víctima, de nacionalidad venezolana, con cédula colombiana, iba caminando cuando fue abordado por dos hombres que le dispararon en repetidas ocasiones. 'Eso fue por la casa de la mujer con la que él estaba viviendo hace año y medio, pero ella como que no lo auxilió. Nos dicen que ella lo negó'.

De acuerdo con la versión de algunos testigos, al ver que los hombres se le abalanzaban, Moreno salió corriendo y trató de resguardarse en una vivienda, pero fue alcanzado por las balas.

En la casa de al lado, una mujer mayor, conocida de Moreno desde que llegó a Colombia por primera vez hace más de tres años, se lamenta de lo sucedido, afirma que es una 'tragedia que le haya pasado eso a ese muchacho'.

'A nosotros nos vinieron a avisar, dijeron: ¡Mataron al gordo, mataron al gordo!, pero como por aquí hay varios, yo no me imaginé que fuera él, cuando dijeron que era el venezolano, no lo podíamos creer', dice angustiada.

Su familia no sabe por qué lo asesinaron, aseguran que Moreno no tenía ningún inconveniente ni había sido víctima de amenazas. 'Nadie cuenta nada, nadie dice nada. No sé a qué hora lo balearon, a mí me avisaron como a las 11 de la noche', dice José Gregorio.

El ‘Gordo’, como le decían a Carlos Adolfo, laboraba con su hermano como albañil e iba a cumplir un año de haber vuelto al país. 'Trabajábamos en la construcción porque a mí me salen varios contraticos acá', agrega.

La familia está 'desesperada' porque afirma no tener los recursos económicos para repatriar los restos, que es lo que desea.

'No habíamos ido ni a Medicina Legal ya que no tenemos plata para sacarlo porque no sabemos qué vamos a hacer con el cuerpo'.

Hace dos días fue la última vez que los hermanos hablaron. 'Me dijo que viniera a pasarme un rato con él acá en el barrio. Yo vine con mi mujer y los dos niños, y compartimos', añade José.

De acuerdo con las autoridades, varias fueron las detonaciones que se escucharon tras la persecución de la Policía a los delincuentes, en un sector enmontado.

Investigan cuáles fueron los móviles del hecho.